Cultura

La primera Venus gaditana del Museo

  • La Asociación Amigos del Museo patrocina la restauración de la obra 'Andrómeda encadenada', del pintor de Vejer José Morillo Se expondrá en una muestra sobre la mujer

La sala de pintura del XIX integrará en poco tiempo entre sus joyas su primera Venus gaditana. Andrómeda encadenada es el título de esta pieza inspirada en la mitología griega, obra del el autor de Vejer de la Frontera José Morillo Ferradas, que realizó en sus inicios en la Escuela de Bellas Artes, cuando apenas contaba con 22 años.

En aquellos momentos se ciñó a recrear la leyenda que representa a la hija del rey etíope Cefeo encadenada por su padre a una roca para que fuera devorada por un monstruo marino enviado por Poseidón. Pero el joven pintor la depuró de todo detalle escénico y de personajes, centrándose en la destreza técnica que iba adquiriendo en la Escuela, y dejando a un lado la adecuada preparación del lienzo. Quizás por este motivo permanecía depositada en el almacén del Museo de Cádiz, en un pésimo estado de conservación. Una situación que se ha vuelto reversible gracias a la encomiable labor de mecenazgo que una vez más emprende la Asociación de Amigos del Museo de Cádiz, cuyo empuje ha devuelto a la ciudad la bella obra de aquel prometedor artista.

Su presidente, Pedro Fernández, hablaba ayer de la importante tarea que ejerce un grupo de "ciudadanos anónimos en la recuperación de nuestro patrimonio", en un acto en el que se acompañaba del director del Museo de Cádiz, Juan Alonso; la delegada de Cultura, Cristina Saucedo, y los restauradores de Andrómeda encadenada, Pilar Morillo y Álvaro Domínguez.

Juntos ensalzaron la valía de la obra y la iniciativa que ha permitido recuperarla y conceder un lugar de honor en la colección permanente del Museo, "aportando alegría", decía Pedro Fernández, que quiso aprovechar la ocasión para hacer un llamamiento a la ciudadanía a participar en este tipo de actos. Ciudadanos que "hacen frente a estos proyectos que la administración no puede absorber".

En este sentido Cristina Saucedo se congratuló de la colaboración que se produce entre las instituciones privadas y la administración, haciendo alusión al Pacto por la Cultura que defiende la administración autonómica, así como a la "importancia de una Ley de Mecenazgo que incentive fiscalmente a aquellos ciudadanos que apuestan por la cultura y el patrimonio", como alternativa al modelo estatal.

Una labor de patrocinio que ha devuelto el esplendor original a una obra cuya restauración ha costado sudores a los expertos. Así lo reconocía ayer la restauradora Pilar Morillo, a su vez descendiente del relevante pero desconocido autor gaditano, José Morillo. "Cualquier obra de restauración tiene complicaciones, pero ésta, en concreto, ha sido muy peliaguda. Hemos estado más tensos de lo normal", comentaba la restauradora de un gran trabajo cuya evolución puede verse en la imagen adjunta.

Destacaba Morillo el complicado reto que han afrontado debido a la pésima adhesión de la policromía a la tela, por la pobre calidad de la capa de preparación. "Ya cuando se realiza el cuadro tiene deficiencias estructurales porque se trataba de pintar para la Escuela de Bellas Artes, no estaba preparando un trabajo durable en el tiempo".

Los daños han sido además tratados anteriormente sin éxito, pues presentaba un reentelado ineficaz que le perjudicaba. A ello se sumaba la oxidación de barnices y ataque de insectos xilófagos, por lo que la tarea de recuperación no ha sido nada fácil. De ella hablarán los restauradores esta tarde, a las 19.00 horas, en el propio Museo, donde podrá apreciarse el uso equilibrado del color, la composición y el estudio anatómico de la mujer desnuda que lo protagoniza, Andrómeda.

Su artífice, José Morillo (Vejer, 1853- Cádiz, 1920,) inició sus estudios superiores en la Escuela Oficial de Bellas Artes de Cádiz. Sus dotes para el dibujo y la pintura le hizo valedor de alguna mención, premio extraordinarios, así como una beca que le llevó a completar su formación en París, lo que influenció en su obra posterior. Cuando regresó se hizo con una plaza de profesor en la Escuela y desde entonces llevó una vida tranquila, dedicada la enseñanza y su familia, dejando a un lado la promoción de su obra en certámenes y exposiciones. Trabajaba directamente con sus clientes, por lo que no fue conocido allende nuestras fronteras.

Nada hacía presagiar por aquel entonces a José Morillo que 140 años después su obra sería objeto de estudio y de admiración en el Museo, en el que trabajó como restaurador, rememoró el director de la pinacoteca.

El pésimo estado de la misma, y las dotes técnicas de su autor, que además es gaditano, "hacía apetecible" recuperar esta pieza, comentaba Juan Alonso de la Sierra.

El director de la pinacoteca presentó así este acto como "el primero de los que se llevarán a cabo con motivo del Día de Andalucía en el Museo", aparte de la conferencia y las visitas guiadas que realizarán hoy a las 12.00 y a las 19.00 la Asociación de Guías Voluntarios del Museo.

Por otra parte, Andrómeda encadenada será una de las piezas fundamentales en la exposición que el próximo mes de marzo tendrá lugar en el Museo sobre el papel de la mujer en las artes plásticas.

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