La Policía de Río de Janeiro buscaba ayer casa por casa a los delincuentes que derribaron uno de sus helicópteros el sábado, dejando tres policías muertos y poniendo en jaque la imagen de la ciudad, pocos días después de que fuera elegida para albergar los Juegos Olímpicos de 2016.

Cientos de policías están envueltos en el operativo, destinado a contrarrestar el poder de grupos armados que gobiernan muchas de las 1.000 favelas (barrios marginales) de la ciudad.

Una asociación policial, Assinap, ofreció 5.800 dólares por cualquier información que lleve al arresto de quienes derribaron el helicóptero el sábado, un hecho que se saldó con la muerte de tres policías que viajaban a bordo y heridas de otro. Según datos de prensa, un club militar de la ciudad ofreció otros 1.000 dólares de recompensa.

El helicóptero fue alcanzado por unos disparos y obligado a aterrizar de emergencia, tras lo cual explotó y quedó totalmente calcinado. El aparato participaba en una operación policial para controlar un enfrentamiento entre dos bandas rivales de traficantes de drogas en la favela Morro dos Macacos, en la zona norte de Río.

En total 21 personas resultaron muertas en estos episodios, la mayoría considerados traficantes por la Policía.

Los enfrentamientos pusieron de relieve el gran desafío al que se enfrentan las autoridades brasileñas de cara a la organización de los Juegos Olímpicos de 2016 en Río y, antes, para la Copa del Mundo de fútbol de 2014, de la cual Río será una de las sedes.

Los choques armados entre bandas de traficantes por el control de territorios, así como con la Policía, son comunes en la ciudad. El titular de la secretaría de seguridad de Río de Janeiro, José Beltrame, indicó que la Policía cree que el helicóptero "pudo haber sido alcanzado por un arma automática de grueso calibre" similar a otras nueve decomisadas este año en distintas favelas de la ciudad.

La muerte de dos supuestos narcotraficantes y el hallazgo de los cuerpos de otros dos elevó a 21 el número de víctimas por los enfrentamientos registrados este fin de semana en Río de Janeiro. Los cuerpos de dos personas, vestidos con ropas de camuflaje, fueron hallados en una zona boscosa próxima a la favela en la que se registraron los principales enfrentamientos.

Los cadáveres estaban en una región próxima a la favela Morro Sao Joao, a la que la Policía acudió tras una denuncia según la cual allí habrían sido asesinados tres narcotraficantes. En un local fueron hallados dos cuerpos y una mochila con numerosa munición de fusiles de asalto. La Policía informó igualmente de que arrestó a cuatro personas que estaban en un vehículo robado en un local de la favela Morro de Sao Joao.

Los dos últimas víctimas murieron en un enfrentamiento con agentes del Batallón de Operaciones Especiales en Jacarezinho, una peligrosa favela en la zona norte de Río de Janeiro de donde habría salido parte de los pistoleros que provocaron los conflictos del sábado.

Los conflictos de este final de semana, que también dejaron ocho heridos, seis de los cuales policías, fueron provocados por una disputa entre bandas rivales de narcotraficantes por los puntos de ventas de drogas en la favela Morro dos Macacos.

Los continuos enfrentamientos entre las bandas rivales de traficantes de drogas por el control de puntos de venta en las favelas y tiroteos entre éstas la Policía y los grupos parapoliciales ilegales han convertido a Río de Janeiro en una de las ciudades más violentas de Brasil.

Los incidentes del sábado generaron el pánico en una amplia región de Río de Janeiro y las imágenes fueron trasmitidas por redes de televisión de todo el mundo dos semanas después de que la ciudad fuera escogida como la sede de los Juegos Olímpicos.