La Coalición Nacional Siria (CNFROS), la principal alianza de la oposición, tomó en Doha el asiento correspondiente a su país en la XXIV cumbre árabe, que tiene el conflicto sirio como tema principal en su agenda. "Os pido permiso para que Ahmed Muaz al Jatib y Gasan Hito ocupen el lugar de Siria en la cumbre", solicitó el presidente de la reunión, el emir de Qatar, Hamad bin Jalifa al Zani, en un gesto para ofrecer el escaño de Siria al mayor grupo opositor, que fue recibido con aplausos. Al Zani, defensor de una solución política para poner fin a la violencia en Siria, señaló que la oposición merece ese nivel de representatividad, por haber obtenido "legitimidad popular en su país y un amplio apoyo en el extranjero".

En una alocución llena de retórica, Al Jatib, presidente de la CNFROS, consideró que ese asiento "forma parte de la vuelta de la legitimidad al pueblo de Siria, que fue privado de ella desde hace mucho tiempo". "Queremos la libertad y no queremos que Siria llegue a la ruina. Queremos establecer la justicia de transición y una solución política clara para evitar que ese régimen cometa más barbaridades", subrayó. Al Jatib reveló que ha pedido recientemente al secretario de Estado estadounidense, John Kerry, el despliegue de misiles Patriot en el norte de Siria para proteger a la población civil. Respecto a la supuesta presencia de armas químicas en territorio sirio, Al Jatib pidió que un congreso nacional decida la forma de eliminarlas, de acuerdo con un eventual pacto que lleve a la erradicación de armas de destrucción masiva en toda la región.

El líder opositor había viajado a Doha, pese a haber dimitido hace dos días de su cargo en la CNFROS, que todavía no ha aceptado su renuncia. Además de Al Jatib, la delegación de la oposición siria estuvo compuesta por Hito, primer ministro interino de la oposición, y otros dirigentes de la CNFROS como Sohair al Atasi, George Sabra, Abdel Basit Seida y Adib al Shishakli. Encima de la mesa, se veía la antigua bandera de Siria que retomó la oposición para sustituir a la actual. Con este simbólico gesto, la oposición arrebata el sillón al régimen sirio, cuya participación en la Liga Arabe fue suspendida en noviembre de 2011 en rechazo de la represión gubernamental de las protestas.

Por su parte, el secretario general de la Liga Árabe, Nabil al Arabi, lamentó el fracaso de las iniciativas de su organización para conseguir una solución política de la crisis y culpó al régimen del presidente sirio, Bachar al Asad, de haber elegido la vía militar y agravado así la situación. En ese fracaso, añadió, también ha contribuido el Consejo de Seguridad de la ONU, "incapaz de tomar las decisiones necesarias para detener el derramamiento de sangre".

Como representante de Turquía, invitado a la cumbre pese a no integrar la Liga Árabe, su ministro de Asuntos Exteriores, Ahmet Davutoglu, anunció que "tratará con el gobierno sirio interino hasta que obtenga un escaño en las Naciones Unidas". En ese sentido, explicó, Ankara pedirá a la comunidad internacional detener sus lazos con el régimen de Al Asad y tratar directamente con el gobierno interino opositor que dirige Hito. Por otra parte, el emir qatarí propuso la celebración de una minicumbre en El Cairo, con la participación de los líderes árabes que lo deseen y las facciones rivales Al Fatah y Hamás con el objetivo de lograr la reconciliación entre palestinos.

Otras propuestas, impulsadas por Iraq, fueron la posible creación un consejo de seguridad árabe para tratar los asuntos de seguridad en la región sin "injerencias extranjeras", y el traslado a Bagdad de la sede del Parlamento Árabe, actualmente en Damasco. Según el borrador del comunicado final de la cumbre, los jefes de Estado y de Gobierno árabes pedirán mañana que el Consejo de Seguridad de la ONU emita una resolución obligatoria de alto el fuego en Siria, el envío de fuerzas de paz internacionales a ese país y una conferencia de diálogo nacional para la transición siria.