Ayer dieron comienzo los trabajos de emergencia en los exteriores de la Iglesia Mayor Prioral, promovidos por la propia parroquia con la colaboración del Ayuntamiento y el Cuerpo de Bomberos, para limpiar la vegetación invasiva del edificio y restos de anidaciones de cigüeñas existentes en las cubiertas del primer templo portuense. Después de que el lunes se suspendiera el arranque de los trabajos por la lluvia, la actuación de emergencia para limpiar los sumideros y canalizaciones de las cubiertas de los elementos de nidificación que entorpecen el desalojo del agua de lluvia, los Bomberos iniciaron ayer la primera fase, que consiste en eliminar la vegetación invasiva mediante un tratamiento fitosanitario y comenzar la limpieza exterior de los elementos de la cubierta y las bóvedas, en la que han aparecido goteras que también serán reparadas por personal municipal. En una segunda fase, cuando actúe el producto contra las plantas invasivas, se retirarán la vegetación existente en los muros, pináculos y portadas del templo, a la vez que los elementos de nidificación que afecten al edificio.

Ecologistas en Acción ha emitido un comunicado donde advierte al párroco de La Prioral, Diego Valle Serrano, que el permiso que le ha concedido la Consejería de Medio Ambiente (CMA) de la Junta de Andalucía "tan sólo le permite limpiar el material que obstruye las canalizaciones, pero debiendo dejar en sus ubicaciones originales los entramados de palos y ramas que constituyen la armazón fundamental de cada uno de los nidos, al objeto de facilitar la continuidad de la existencia de la colonia reproductora asentada en el edificio". Para los ecologistas, el párroco Diego Valle "parece empeñado en terminar con las cigüeñas en la Iglesia Mayor, unas aves que embellecen la ciudad y que siempre han sido protegidas por los ciudadanos y la propia iglesia. Para ello -aseguran- no duda en incumplir las normas legales e intentar engañar a las administraciones encargadas de la protección de nuestra biodiversidad, y a los propios ciudadanos".

Recuerdan que en 2012, el párroco ordenó la retirada de 14 nidos en base a una autorización de la CMA, condicionada «a la instalación de plataformas artificiales de nidificación alternativas a los nidos", el mismo número que los que se retiraran. Los ecologistas afirman que el párroco "no cumplió con el compromiso de instalar las plataformas, que harían compatible el anidamiento de las cigüeñas con la protección de la cubierta de La Prioral, por lo que fue sancionado por la CMA". El expediente sancionador está recurrido, según confirmó el párroco a este Diario. Pese a la retirada de los anidamientos, "las cigüeñas volvieron en 2013 en mayor número, y construyeron de nuevo sus nidos". Entonces, prosiguen los ecologistas, "el párroco volvió a pedir desmontar los nidos, a lo que la CMA le requirió para que, previamente, instalara las plataformas metálicas para que las cigüeñas anidaran sin menoscabar al monumento", indicando los lugares. No obstante, el párroco "renunció a la autorización argumentando que no iba a instalar las plataformas para los nidos".

Los ecologistas acusan a Diego Valle de ser el responsable de la situación y califican de "lamentable la creación de una Comisión de Patrimonio, Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible de la Iglesia Mayor para intentar justificar una actuación ilegal". En ella, "presentan como experto zoólogo a Alfonso Carrascosa, que nunca ha estudiado ni publicado nada sobre cigüeñas, teniendo, eso sí, muchas publicaciones sobre cristianismo y ciencia. Y eso es lamentable porque en la provincia hay grandes expertos en cigüeñas a los que no se ha consultado". Técnicos de las delegaciones de Medio Ambiente y Cultura "han visitado la cubierta y han explicado a los responsables de la parroquia la necesidad y utilidad de utilizar las plataformas, pero estos se han negado", insisten.

Los ecologistas concluyen afirmando que "si de verdad importa a esta Comisión el estado de la Prioral, deben exigir al párroco que instale las plataformas metálicas para los anidamientos de las cigüeñas, porque es la solución más razonable al permitir una limpieza periódica fácil y evitar el contacto directo de los nidos con la piedra, y por tanto su deterioro por contacto con excrementos y humedades".