Como cada mes de noviembre se conmemora en todo el mundo el Día Internacional de las Personas Sin Hogar. Para poner el foco sobre esta triste efeméride los responsables del comedor social de Sol y Vida quisieron hacer ayer sábado algo especial y por ello decidieron abrir las instalaciones para ofrecer un almuerzo, algo inusual porque normalmente el comedor los sábados solo ofrece desayunos y un bocadillo para que los usuarios puedan pasar el resto del día.

Así, a pesar de no ser una fecha digna de celebración sino más bien de reflexión, los voluntarios de Sol y Vida quisieron con esta iniciativa dar visibilidad a este drama al que se enfrentan cientos de personas cada día, aunque buena parte de la sociedad prefiera mirar para otro lado.

El menú de ayer, sin ser nada festivo, sí era especial porque más que los alimentos en sí, los usuarios agradecen especialmente el calor que encuentran en estas instalaciones, las únicas de este tipo que funcionan en la ciudad para personas sin recursos. "Aquí no le pedimos a nadie los papeles. ¿Quién iba a querer comer en un comedor social si no es por verdadera necesidad?", se pregunta María del Carmen Lara, la presidenta de la asociación Sol y Vida.

Cerca de una veintena de voluntarios del comedor se ofrecieron ayer a ponerse el delantal y cocinar para las cerca de 70 personas que pasaron por las instalaciones un almuerzo digno de un día festivo: de primer plato pastel de boniato y de segundo cinta de lomo al horno con patatas. Ya por la mañana el desayuno también había sido especial: chocolate con churros.

"Queríamos hacer algo para dar visibilidad a estas personas", explica María del Carmen Lara, quien se sorprende de que haya aún personas en El Puerto que no saben ni siquiera de la existencia de este comedor. "Hay gente que vive muy ajena a los problemas sociales de la ciudad", asegura, y recuerda que en los últimos años la afluencia de personas a este recurso se ha disparado de forma considerable, llegándose a ofrecer cada día unas 150 comidas, entre desayunos y almuerzos. También en las instalaciones de Sol y Vida, en un local municipal de la calle Cruces, se les ofrece a las personas sin hogar la posibilidad de ducharse y lavar su ropa, ofreciéndoles también ropa interior nueva.

Hace escasas fechas el comedor de Sol y Vida recibió una muy buena noticia, en forma de ayuda económica por parte de la obra social de La Caixa. De un total de 28 comedores que han obtenido las ayudas, el de Sol y Vida ha sido uno de los tres seleccionados en Andalucía, algo que para la entidad ha supuesto una gran satisfacción. La ayuda que han recibido asciende a 10.000 euros, algo que ha supuesto un auténtico balón de oxígeno para el comedor, cuyos responsables siempre tienen que hacer malabarismos para estirar los recursos de los que disponen. Nada más que en pan, el gasto del comedor asciende as unos 600 euros mensuales.

Y es que además del funcionamiento del comedor, desde Sol y Vida ayudan también a numerosas familias sin recursos de la ciudad que cada vez en mayor número han ido solicitando alimentos. Aunque durante un tiempo funcionó incluso un comedor en el que se atendía a menores de edad, finalmente se optó por trasladar la ayuda a las familias con niños para que pudieran llevarse los alimentos necesarios a sus casas, evitando así a los niños el mal trago de convivir a diario con la exclusión social.