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centrados en el centro

Historias para no aparcar

  • Los coches han invadido un espacio que siempre ha pertenecido al peatón

DE todos es sabido que en cualquier debate, discusión o tertulia es fácil no haber participado alguna vez en los problemas que tenemos los usuarios de vehículos para aparcar en el centro y no "tan centro", porque hay lugares apartados del casco histórico que también se las trae.

Pero no hace mucho, visualizando unas fotografías antiguas del Puerto donde se recreaba el ambiente de calles tan céntricas como la calle Larga, Ganado, Luna, Palacios, Plaza de la Galeras, Parque Calderón, Ribera del Marisco, Misericordia……observaba el ambiente y la actividad de aquellos años. En concreto años cincuenta, sesenta y poco más, es decir hace entre treinta y cincuenta años. Había mucha actividad en los muelles, tanto pesquero como comercial, con mucho trasiego de mercancías, sobre todo productos bodegueros. Las calles estaban ocupadas por mucha gente, y pude comprobar y recordar locales y bares, que los que tenemos ya unos años, recordamos con nostalgia.

Pero paré en una foto muy concreta que me hizo reflexionar y que me animó a compartir esta reflexión con los lectores. En concreto era una foto de la calle Larga, tomada desde la esquina de la calle Palacios dirección al Parque de la Victoria. Lucía en todo su esplendor, con su adoquinado y aceras, con mesas en el exterior de algún local de hostelería. Y eso sí, gente, mucha gente….y a lo lejos, a la altura de la Plaza de Peral algún coche de caballos, y en lo que era Electra Peral Portuense (después Sevillana) se vislumbraba un coche, sí, de los de cuatro ruedas. Por tanto, es fácil deducir que el parque automovilístico era ínfimo, y problemas de aparcamiento… cero patatero.

Entonces yo me pregunto ignorando el dato: ¿Cuántos vehículos había entonces y cuantos hay ahora? ¿De qué forma ha crecido el parque automovilístico en los últimos cuarenta años? Una cosa sí es segura: las calles de nuestro centro histórico son las mismas. Los coches han invadido un espacio que siempre ha pertenecido al peatón..sí, sí, ya sé que los tiempos cambian y que hay que evolucionar, faltaría más. Pero llevo treinta años escuchando la misma cantinela: "Es que no hay aparcamiento". Y es verdad, cuando se podía aparcar en las calles del centro, los propios vecinos y trabajadores de bancos, comercios… éramos los que ocupábamos esos aparcamientos desde primera hora de la mañana, y el usuario siempre ha tenido problemas para aparcar. Y mientras tanto el parque automovilístico seguía creciendo y creciendo hasta tal punto que cada vez había que aparcar más lejos de nuestra vivienda, trabajo o destino, con el consiguiente cabreo de buscar aparcamiento frente a la comodidad que nos plantean otros formatos comerciales.

Puestos a tomar decisiones y a resolver este problema, no hay que inventar nada, y hacer lo que en otras ciudades. Si los coches no caben arriba, habrá que meterlos debajo. Acostumbrarnos a hacer lo que hacemos cuando vamos a otra ciudad vecina en coche, donde por cierto no es gratis aparcar y cobran también por aparcar en superficie. Y si a esto le añadimos un uso racional del coche, más unos buenos servicios públicos de transporte que cubran los desplazamientos por la ciudad, y la aplicación de un Plan de Movilidad que ya está hecho….podríamos paliar la actual situación y recuperar espacios que siempre fueron del peatón.

Por tanto, si hay oportunidad de hacer nuevos parkings subterráneos, y el proyecto es viable sacrificando el mínimo de plazas en superficie…. adelante. Pero eso sí, tenemos los usuarios que cambiar el 'chip' y meternos en la cabeza que aparcar es una opción que debemos tener disponible, pero no un derecho. Es imposible tener aparcamiento a disposición en nuestra puerta y en nuestros destinos. Que tenemos que hacer un uso racional de nuestros vehículos, y que es muy saludable caminar, pasear y disfrutar de nuestro patrimonio y nuestro clima, sobre todo si estamos acompañados de mucha gente, ocupando un espacio… que siempre, siempre, fue nuestro.

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