Tras la reciente recuperación del molino de mareas del Caño, tras la rehabilitación acometida por el gobierno central a través de la Demarcación de Costas, el edificio se ha convertido en una de las niñas bonitas de los proyectos municipales de cara al futuro, después de haber estado durante décadas sumido en el abandono. Durante todo el verano la Concejalía de Patrimonio Histórico ha organizado visitas al inmueble, cuya magnífica rehabilitación ha servido para revivir el interés de los ciudadanos por este edificio industrial del siglo XIX.

De la veintena de molinos de mareas que se construyeron en lo que hoy es el territorio del Parque Natural de la Bahía (edificios que contribuyeron de manera significativa al crecimiento económico y al desarrollo social de la zona) solo cinco se encuentran hoy en buen estado, aunque algunos de ellos se encuentran muy deteriorados.

El molino de mareas del Caño tiene un indudable valor patrimonial y junto con el resto de los molinos hidráulicos mareales de la Bahía de Cádiz, forma parte del Patrimonio Cultural Marítimo de Andalucía, por lo que es la Junta de Andalucía la institución competente a la hora de dar el visto bueno a un nuevo plan de usos para el edificio, acorde con su importancia histórica.

La intención del Ayuntamiento es destinar el edificio a una serie de usos relacionados con el mar, tanto desde el punto de vista de la investigación como desde un prisma educativo, gastronómico y de ocio. Una vez que la Junta de Andalucía de su visto bueno a este plan de usos, la explotación del inmueble tendría que salir a concurso público, y según ha trascendido ya hay algunos empresarios interesados en sacar partido de esta joya arquitectónica, entre ellos el chef del mar, Ángel León, quien se ha mostrado interesado en trasladar a este enclave su restaurante Aponiente, galardonado con una estrella Michelín.

El conocido cocinero, no obstante, prefiere no hablar de momento sobre este proyecto, ya que la concesión de las instalaciones debe pasar por un concurso público al que también concurrirán otros empresarios que ya han mostrado su interés por el singular edificio.

Los trabajos de rehabilitación, ejecutados por la Demarcación de Costas, terminaron el pasado mes de noviembre y el inmueble ya es de titularidad municipal. El inmueble cuenta con una amplia nave en la planta baja y un segundo piso que da acceso a una gran terraza desde la que se pueden contemplar las salinas en toda su extensión, así como el curso del río Guadalete.

Los trabajos de rehabilitación han sido ejecutados por una UTE (Unión Temporal de Empresas) conformada por Acciona Infraestructuras SA y Freyssinet SA y han tenido un coste aproximado de 800.000 euros.

La Demarcación de Costas está ya trabajando en las posteriores fases del proyecto, que incluirán incluso una pasarela de acceso a las instalaciones desde el casco urbano, una vez que sean demolidas las naves anexas al edificio.