El Puerto

Una joya como antesala de las salinas

  • El molino de mareas del siglo XIX recién rehabilitado espera ahora su puesta en valor

El molino de mareas que acaba de ser rehabilitado en la ciudad, ubicado junto al Caño del Molino, es el mayor de las construcciones de estas características que se conserva en la Bahía.

Aunque la función inicial para la que fue construido (la molienda del grano) queda ya muy lejana, lo cierto es que el edificio sigue siendo una joya patrimonial que durante muchos años ha estado prácticamente escondida y ahora, con su recuperación, se abren nuevas posibilidades de explotar las instalaciones con un uso cultural y medioambiental.

Este molino de grandes dimensiones está construido de piedra ostionera y es una gran nave alargada que se levanta perpendicular al caño del río Guadalete, con el suelo elevado sobre un conjunto de arcos. En los tiempos en los que fue construido este molino portuense gozaba de una enorme actividad, y según consta en diversa documentación histórica llegó a surtir de grano molido hasta a 17 tahonas.

Las gestiones para construirlo se comenzaron en el año 1778, aunque no fue hasta principios del siglo XIX cuando se otorgó la concesión para edificarlo. El edifico se construyó por Real Despacho de Diego Álvarez, en el año 1801, comenzando la actividad de molienda en 1918.

Tras el cese de su actividad como molino, el edificio acogió a principios del siglo XX una fábrica de carpintería metálica, entre otros usos posteriores que han permitido que el edificio llegara hasta nuestros días en un estado de conversación bastante aceptable.

Con respecto a la actuación ejecutada por la Demarcación de Costas, el presupuesto de los trabajos ha sido de casi 800.000 euros y la rehabilitación ha estado ejecutada por la Unión Temporal de Empresas (UTE) formada por Acciona y Freyssinet. Las obras culminaron el pasado mes de noviembre y ahora la misma Demarcación trabaja ya en la redacción de un proyecto para la puesta en valor de toda la zona que rodea al inmueble.

La recuperación de este antiguo molino de mareas es importante también de cara a la conexión de la ciudad con las salinas, sobre las que se disfruta de una privilegiada vista desde la terraza del edificio.

Tras esta primera fase de restauración del molino, quedarían pendientes otras dos, primero con el derribo de varias naves en desuso anexas al edificio y después con la conexión de la zona con el casco urbano portuense, a través de la construcción de una pasarela peatonal y para bicicletas.

El Ayuntamiento, por su parte, trabaja ya también en los futuros usos que tendrá el inmueble, para lo que la salida más viable será una concesión administrativa. En cuanto a los usos, se baraja ubicar allí servicios educativos, ambientales, deportivos o incluso de hostelería.

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