Economía

Telefónica y Vodafone se alían contra la crisis y compartirán sus redes móviles

  • Las operadoras se repartirán los costes de las nuevas infraestructuras en España, Reino Unido, Alemania e Irlanda · El pacto generará un ahorro de "cientos de millones" en 10 años y se ampliará a la República Checa

La crisis y la caída del consumo están dibujando escenarios empresariales completamente impensables hasta hace cuatro días. Dos de los grandes gigantes de las telecomunicaciones mundiales, Telefónica y Vodafone, protagonizaron ayer el último ejemplo. Ambas compañías han decidido dejar de lado su rivalidad para unir fuerzas contra el enemigo común, y han anunciado que compartirán sus infraestructuras móviles -las antenas, para entendernos- en cuatro de los cinco países europeos en los que coinciden. España, Reino Unido, Alemania e Irlanda serán los mercados en los que pondrán en marcha esta práctica, a los que se podría sumar, más pronto que tarde, la República Checa, donde ya mantienen negociaciones.

El acuerdo, que podría no ser el último -se estudia cooperar en otras áreas como la provisión de servicios de transmisión-, generará un ahorro a ambas multinacionales de "cientos de millones de euros" en un plazo de 10 años, según sus cálculos. Y es que, al compartir los emplazamientos y, por tanto, requerir menos, se reducirán considerablemente las inversiones y gastos operativos. Un paso que, a su vez, permitirá destinar los recursos a otros capítulos.

Pero, en este contexto, uno de los riesgos que se corren es que se acaben homogeneizando los servicios y, sobre todo, las tarifas. Un extremo que las compañías se apresuraron a aclarar. "Seguiremos compitiendo intensamente en todos los mercados en los que estamos presentes", matizaron.

Es más, Telefónica y Vodafone señalaron que, este programa, tendrá "amplios beneficios" para los clientes de los países involucrados, que, incluyendo a República Checa, suman en torno a 170 millones de personas. Mejoras en la cobertura a largo plazo, particularmente en servicios como la banda ancha móvil; lanzamiento de nuevos productos innovadores gracias a la minimización de los costes de las redes; o reducción del número total de mástiles en operación y, por tanto, del impacto medioambiental, son algunas de las ventajas que aportará la unión de las infraestucturas de ambas operadoras tanto presentes como futuras.

Las dos multinacionales sólo mantenían acuerdos de este tipo en España y Alemania pero, empujadas por la adversa coyuntura económica, han decidido ampliarlos a nuevos países. Concretamente, en España, el pacto data de 2007 y hacía referencia a la unión en materia de torres, casetas y sistemas de alimentación eléctrica. Hasta la fecha, se han compartido 2.200 emplazamientos, a los que se añadirán otros nuevos durante 2009 y 2010. El actual convenio viene a ampliar aquél durante una década.

En Alemania, el paso se traducirá en que ambas compañías compartirán los emplazamientos existentes de 2G y 3G, y se abrirá la posibilidad de que se utilicen las antenas para concentradores de transmisión. Por su parte, en Reino Unido colaborarán en el despliegue conjunto de antenas y en la consolidación de las existentes de 2G y 3G. Por último, en Irlanda, compartirán todos sus emplazamientos y realizarán nuevas instalaciones conjuntas donde coincidan los planes de despliegue.

Telefónica y Vodafone son, respectivamente, el tercer y el cuarto operador mundial por capitalización bursátil, por detrás de China Mobile y la estadounidense ATT. La española cuenta con un valor en bolsa de 70.500 millones de euros y tiene 260 millones de clientes, mientras que la británica tiene una capitalización de 68.600 millones y 289 millones de clientes.

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