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Economía

EEUU busca a la desesperada apoyos para su plan de rescate financiero

  • El secretario del Tesoro de EEUU urge al Congreso a aprobar el paquete anticrisis para evitar un "mayor descalabro" · El Gobierno Bush presiona a países europeos y asiáticos para que adopten medidas similares

EEUU se prepara para una de las semanas más caras de su historia. Con una inédita inyección de 700.000 millones de dólares, el Gobierno de Washington se propone estabilizar su tambaleante sistema financiero. Son muchos los expertos que no dan por seguro el éxito de la operación porque buena parte de sus métodos nunca han sido aplicados. De ahí, que el secretario del Tesoro de EEUU, Henry Paulson, acudiera ayer a varios programas televisivos con un mensaje de urgencia para que el Congreso apruebe su macroplan de rescate, en la mayor intervención del Gobierno desde la Gran Depresión de 1930.

Paulson, a quien el presidente George W. Bush encomendó la tarea de "vender" este salvavidas, llevó ante la opinión pública y a través de las cadenas ABC, CBS, Fox y NBC variaciones de un mismo mensaje: el Congreso debe actuar "ya" para evitar un mayor descalabro del sistema financiero. "Los mercados crediticios aún permanecen muy frágiles y congelados", advirtió, al tiempo que abogó por una reforma del anticuado sistema regulatorio a largo plazo. "Debemos responder a esto y responder rápidamente", argumentó Paulson, confiado de que el Legislativo responderá al llamamiento.

Consciente de las críticas del plan aún en ciernes, Paulson admitió que éste supone un trago amargo, pero es "un mal necesario". En una entrevista con la revista Newsweek fue contundente: "Me resulta desagradable, pero es mejor que la alternativa (de que empeore la crisis). Podemos discutir mucho sobre cómo y por qué sucedió todo esto, pero primero tenemos que superar" la crisis.

Representantes del Departamento del Tesoro y de los comités de la Banca del Senado y de Servicios Financieros de la Cámara de Representantes trabajaban este fin de semana para pulir la propuesta final, que el Congreso deberá aprobar esta semana.

El borrador de la propuesta remitida al Congreso el sábado permite que el Departamento del Tesoro pueda comprar activos hipotecarios contaminados en manos de los bancos por un importe de hasta 700.000 millones de dólares. El documento, de apenas tres páginas, permitiría además que el Congreso apruebe elevar el endeudamiento del país de 10,6 billones a 11,3 billones de dólares.

Ante la cadena ABC, Paulson no descartó que los bancos extranjeros puedan acogerse al plan, especialmente si "tienen operaciones en EEUU, contratan a gente en EEUU, y están atascados con activos sin liquidez".

El secretario del Tesoro también reconoció que EEUU estaba presionando a otros países -"animando agresivamente"- para que lleven a cabo rescates de instituciones financieras similares al proyecto del gobierno norteamericano. "Voy a pedir a nuestros colegas de todo el mundo que conciban programas similares para sus bancos y entidades (financieras) cuando sea oportuno", dijo Paulson. "Recuerden que vivimos en un sistema mundial", enfatizó.

Paulson no dio más detalles, pero las autoridades financieras de EEUU han estado trabajando de cerca con sus contrapartes en Europa y Japón en los últimos diez días para prevenir un colapso en el sistema financiero mundial.

El funcionario se justificó diciendo que es esencial prevenir un atascamiento del sistema, "porque si se atasca, va a tener un efecto adverso en la capacidad de la gente de conseguir empleo, en sus presupuestos, en sus fondos de jubilación, y en el préstamo a pequeñas empresas".

La presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, dijo que los demócratas trabajarán con los republicanos para dar forma a la medida de rescate, pero insistió en que no se deben perder de vista los intereses de los norteamericanos comunes. Enfatizó que la clase media y de escasos recursos "necesita protección del descalabro por la crisis en Wall Street", lo que implica "un paquete de recuperación económica que cree empleos y reactive el crecimiento de nuestra economía".

Sin embargo, algunos republicanos reafirmaron su rechazo a la idea de incluir medidas para ayudar a centenares de miles de propietarios expuestos a un mayor riesgo de perder sus casas. De hecho, según algunos analistas, sin incluir este concepto, el plan financiero ya podría costar a cada estadounidense poco más de 2.000 dólares.

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