El grupo Cepsa cumplió en 2012 sus objetivos para la reducción de emisiones atmosféricas al 100%. Así consta en las declaraciones medioambientales de la refinería Gibraltar-San Roque y Cepsa Química en Guadarranque y Puente Mayorga que presentó ayer la compañía en la Cámara de Comercio del Campo de Gibraltar. Balances de la gestión del pasado año que indican que, pese al ligero aumento en la producción, el pasado año sólo la refinería logró reducir un 20% las emisiones de dióxido de azufre. "En momentos realmente duros desde el punto de vista de resultados, Cepsa sigue manteniendo su compromiso de ir hacia las mejores tecnologías disponibles y por ello sigue invirtiendo en infraestructuras y en unidades medioambientales", declaró durante la presentación el director de la refinería, Ramón Segura.

De hecho, el pasado año el grupo Cepsa invirtió algo más de 20 millones de euros en mejoras medioambientales, cantidad que suma 50 millones en el trienio 2010-2012 y 90 millones en los últimos cinco años. "Parte de estas inversiones son en ahorro energético, y tienen una doble vertiente porque reducen nuestros costos, hacen nuestras instalaciones más competitivas y eficaces y en paralelo consiguen una reducción importante del impacto medioambiental por la propia disminución de combustibles u otras energías", explicó Ramón Segura.

El director de las fábricas de Guadarranque y Puente Mayorga, Agustín Bonilla, constató que la reducción en las emisiones de dióxido de azufre en los últimos años ha sido muy significativa. Del 86% en la refinería desde 2002 y del 96% en Cepsa Química. "El motivo está basado en tres pilares de trabajo: por un lado, hemos mejorado la calidad de los combustibles, también hemos hecho mejoras en las unidades de recuperación y en las químicas como en la refinería hemos hecho modificaciones en algunos hornos que nos ha permitido sustituir fuel gas u otros combustibles por gas natural y ese está exento de azufre", afirmó Bonilla.

Las declaraciones medioambientales también han hecho balance de la eficiencia energética de las unidades, la calidad de las aguas vertidas a interior de la bahía mediante un emisario y del ruido generado, que en todo 2012 no superó el límite marcado en 70 decibelios.