Las obras de restauración de las murallas de La Aljaranda y Arrabal en Tarifa, promovidas por el IEDT de Diputación, han finalizado. La intervención se ha materializado en el tramo entre la Torre de los Maderos y el lugar donde se asentaba la Puerta del Retiro. La responsable de Turismo de Diputación, Inmaculada Olivero, ha comprobado el alcance de esta actuación junto al alcalde de la localidad, Juan Andrés Gil. En estas obras, solventadas por la empresa Cyrespa Arquitectónico SL, se han invertido 265.037 euros financiados con cargo a los Proyectos Integrales de Desarrollo Local y Urbano. Los fondos europeos FEDER sustentan el 80 por ciento del presupuesto y el IEDT de Diputación aporta el 20 por ciento restante.

La intervención fue licitada mediante anuncio publicado en el Boletín Oficial de la Provincia de Cádiz del 13 de junio de 2014, y contratada en octubre del mismo año. Las actuaciones se han regido conforme al proyecto técnico redactado por la firma Yamur. Arquitectura y Arqueología SL por encargo del Ayuntamiento de Tarifa. La restauración se ha llevado a cabo en un tramo de 579 metros de perímetro y un área de 870 metros cuadrados.

Inmaculada Olivero ha valorado el resultado de una actuación que fortalece la oferta turística de Tarifa desde su vertiente cultural. Diputación, en el presente mandato corporativo presidido por José Loaiza, ha promovido la recuperación del patrimonio histórico del municipio con intervenciones notables como la ya finalizada en las murallas, así como en el Castillo. Este valor patrimonial, junto a las bazas de Tarifa como referencia del turismo activo, consolidan una sólida oferta para atraer visitantes.

La intervención ya ha concluida ha incidido en dos de las tres murallas que conformaban la fortificación tarifeña: la de Aljaranda y la del Arrabal. Se han consolidado los lienzos y se han recuperado, puertas, aldabas y adarves –caminos que discurren en la parte superior de las murallas- para favorecer el acceso público a este bien cultural.

La aplicación del proyecto de restauración ha permitido estudiar las patologías que afectaban a este monumento, atajando los elementos dañinos y estableciendo medios de prevención que eviten su reaparición. Se ha desbrozado la vegetación parásita existente en las estructuras y al pie de los muros, eliminando líquenes y hongos. Los trabajos han incluido el saneado de las fábricas de mampostería y sillarejo en mal estado, mediante rascado manual y sin recurrir a limpieza mediante chorro de agua o arena.