Conil: Bocardo, Andrades, Garrido, Chiqui Paz, Lucas (Narváez, 65'), Álex Cortés (Berlanga, 46'), Borja, Juanlu (Pedro Bermúdez, 76'), Pedrito, Nene y Moncho. algeciras: Félix, Roberto, Marcelino, Benitez, Mena, Paco Rojas, Juanito (Juanma, 70'), Javi Chico, May (Alvis, 75'), Iván Torrillo (Chapi, 62') y Raúl Dominguez. Árbitro: Santos Pargaña (sevillano). Amarillas a Álex Cortés, Moncho, Berlanga; Raúl Domínguez y May. Roja a Moncho (70'), Manolo Rueda (88') y a Willy, en el banquillo. Goles: 0-1 (4') Garrido, en propia meta. 1-1 (61') Moncho. 2-1 (86') Narváez. Incidencias: Unos 1.000 espectadores en el Pérez Ureba.

El Conil firmó uno de esos partidos en los que los aficionados salen del campo orgullosos de su equipo y, además, sumando los tres puntos ante el Algeciras en un encuentro que se le puso muy cuesta arriba desde el inicio. Pese a iniciar el duelo con tres claras ocasiones en botas de Garrido, Juanlu y Nene, los que se pusieron por delante en el marcador a los cuatro minutos fueron los algeciristas merced a una desafortunada jugada de Garrido, que coló el balón en su portería. Tras el jarro de agua fría, con el paso de los minutos el control del juego fue poco a poco de los pupilos de Manolo Rueda, aunque sin crear verdadero peligro en el área los visitantes. Esa fue la tónica de una primera parte en la que la ventaja del Algeciras no se antojaba justa tras lo visto sobre el terreno de juego.

La segunda mitad se iniciaba con una jugada que pudo marcar el resultado final del encuentro. El visitante May desperdició un clarísima ocasión sin portero para colocar el 0-2. Pero eso sólo fue un espejismo, pues el Conil peleó lo indecible para lograr darle la vuelta al marcador. A balón parado llegaría el empate gracias a la conexión entre un gran lanzador como Juanlu y un gran rematador como Moncho. Era lo justo, pero el partido cambió en el 70' cuando Moncho fue expulsado y el Algeciras empezó a dominar y a crear ocasiones. El Conil aguantó el tirón como pudo y cuando faltaban pocos minutos para el final el delirio llegó a la gradas del Pérez Ureba. Pedrito fue listo y en lugar de lanzar una falta de forma directa cedió el balón a Narváez, que disparo con el alma y colocó el 2-1 en el marcador.