Cádiz b: Ricardo, Pecci, Garrido, Germán, Rubén Díaz, Dani Hoyos (Diego, 62'), Nando (Migue, 46'), Caballero, Rubén Pérez (Samu Lorenzo, 91'), Fran Mejías y Bienve. at. sanluqueño: Terrén, Carlitos, Javi, Dani, Chiqui, Diego Ramírez, Abel, Carlos Pozo (Paco, 62'), Álvaro (Adán, 84'), Cambembo (Antoñito, 66') y Pablo. Árbitro: Rodríguez López (onubense). Muy mal. Expulsó al cadista Migue (83'). Amonestó a los locales Garrido, Germán y Bienve, así como al visitante Abel. Goles: 1-0 (20') Rubén Díaz. 1-1 (56') Abel, de penalti. Incidencias: Unos 100 espectadores.

Cádiz B y Atlético Sanluqueño empataron en un encuentro marcado por la pésima actuación del colegiado, que desesperó a los locales pitando un penalti más que discutible y dejando de señalar infinidad de faltas de los visitantes. Esa tendencia desesperó a los propietarios del terreno de juego, que tuvieron en contra algunos elementos contra los que no se pueden luchar.

Esta vez, las erróneas decisiones de Rodríguez López beneficiaron a un Atlético Sanluqueño que también esta temporada se ha visto muy perjudicado por algunos trencillas. El choque tuvo un final frenético como consecuencia de un penalti señalado en el minuto 96 que desperdició el verdiblanco Abel.

El derbi provincial tuvo dos lecturas. Una primera de dominio y ocasiones del filial cadista, que se marchó al descanso con una justa ventaja. Y una segunda en la que el equipo que entrena José Manuel Delgado Ali contó con más balón, si bien sacó de nuevo a relucir sus carencias ofensivas.

En los 45 minutos iniciales se gustó el conjunto de casa, que contó en el once con el debutante Dani Hoyos -enorme la valentía de Oliva echando mano del Balón de Cádiz- y que no especuló en su objetivo de marcar primero. Lo tuvo Caballero en dos acciones en las que ni de cabeza ni con el pie acertó a superar a Terrén, aunque sirvió de carta de presentación de lo que estaba por llegar tomando como referencia el mejor posicionamiento de los pupilos de Oliva.

El tanto amarillo nació en una jugada a balón parado en la que Rubén Díaz tocó lo justo en el primer palo demostrando que sigue ganando crédito en el juego aéreo. El paternero entendió a la perfección la estrategia, donde tanto él como Germán tienen mucho que decir en la presente temporada.

Sufría el Sanluqueño por culpa de la mejor colocación del rival y por la falta de criterio cuando se encontraba con el balón en los pies. Diego Ramírez no daba con la tecla que hiciera funcionar a su equipo, aunque tanto él como sus compañeros se salvaron de una situación peor gracias a la inocencia de un Cádiz B que no supo matar el choque.

El árbitro dinamitó la moral de los locales dejando de señalar agarrones y empujones de los adversarios, pero el colmo fue el penalti que indicó por una presunta entrada de Germán, que resbaló en el área sin apenas tocar a nadie. Rodríguez López decretó la pena máxima ante la sorpresa del propio Atlético Sanluqueño. No debía tener la conciencia muy tranquila porque ni siquiera amonestó al defensa local, que en esa jugada era el último hombre. Abel puso las tablas y trasladó las dudas al bando cadista.

Sin la posesión del balón y en inferioridad, el filial lo pasó mal y tuvo que apelar al oficio para no verse sorprendido por el rival o por el colegiado, que no cesó de empeorar su registro de errores que perjudicaba al Cádiz B.

Cuando el derbi expiraba, unas claras manos en el área local se convirtieron en el segundo penalti para los verdiblancos. Abel asumió de nuevo la responsabilidad, aunque Ricardo le adivinó el sitio y despejó a tiempo para evitar un 1-2 que hubiera sido demasiado premio para un Atlético Sanluqueño sin argumentos ofensivos.