Turismo Cuánto cuesta el alquiler vacacional en los municipios costeros de Cádiz para este verano de 2024

PAU / BURDEOS (17ª etapa)

229 kmEl bretón Le Grevès, rey del sprint

  • En clave nacional. La prensa extranjera ya cuenta que en España se combate abiertamente en los campos y en las ciudades

EL malestar de los aficionados franceses con su equipo era notorio. Esperaban más de Antonin Magne y los comentarios giraban en torno a su edad -32 años- y que el dinero que ganaba lo hacía más prudente en las bajadas, precisamente donde había perdido el tren respecto a Maes. Se aventuraba incluso que el sustituto natural como capitán del equipo tricolor era el bretón Le Grevès, que le hacía sombra al ganar cuatro etapas en esta edición, y que estaba en un momento de forma envidiable. Sólo una pega: Le Grevès era un formidable rodador y sprinter pero flaqueaba en las subidas.

El runrún era inevitable y el propio Le Grevès se veía obligado a aclarar que él lo daba todo por el equipo, y que había partido de París con la intención de ganar etapas al sprint y hacer entrar dinero en la bolsa del equipo, cosa que había cumplido hasta ahora. No obstante, decía, los belgas tenían muy buenos corredores. 'Tonin' Magne se apuntó a añadir, a su vez, que siempre se había sentido apoyado por su equipo.

Lo cierto es que Le Grevès, cuadrado, macizo, duro como una roca, estaba mejor que años anteriores, en los que también había ganado etapas al sprint, pero no tantas ni de forma tan apabullante.

Con todo, los franceses estaban orgullosos de su carrera. "El Tour no es una improvisación; representa una formidable labor que encuentra su recompensa en la inmensa popularidad que tiene en Francia y en el extranjero", declaraba la prensa.

Los españoles, muy satisfechos de lo logrado hasta el momento, esperaban sortear las odiosas etapas llanas que quedaban, sin nada en juego para ellos, y que les separaban del Parque de los Príncipes. Sólo aspiraban a conservar lo conseguido y terminar la carrera.

A las nueve de la mañana se dio la salida en Pau y desde el inicio, los equipos belga y francés se situaron en cabeza, vigilándose e impidiendo cualquier aventura de otros ciclistas. Se corría entre chaparrones y sin demasiados sobresaltos en la llamada "etapa de los pinos y la resina", por carreteras rectilíneas y sin una sola cuesta.

Así pues, los 229 kilómetros se rodaron en grupo y el tren de los corredores fue incluso cansino. Sólo lo animó el sprint al paso por Mont-de-Marsan (lugar emblemático del ciclismo por ser la cuna de Luis Ocaña) que ganó, quién si no, Le Grevès por delante de un pelotón estirado.

Con algún intento frustrado de los corredores franceses por escapar al control de los belgas, se llegó a la meta de Burdeos. Atacó Le Grevès desde lejos y batió en la misma línea de meta al belga Meulenberg, otro especialista, por delante de todos los corredores, a excepción del routier francés Passat y Ezquerra, muy cansado, que entraron a más de diez minutos del vencedor.

Le Grevès daba una alegría a la afición francesa, ganando su quinta etapa.

Este día los españoles fueron convidados de piedra a la pelea entre franceses y belgas. No era su etapa.

Mientras, en España ya se combatía abiertamente en los campos y en las afueras de las grandes ciudades. Este miércoles 29 de julio, una columna de mineros de Río Tinto avanzaba hacia Sevilla con el ánimo de tomarla. El grupo sería capturado, siendo ejecutados 67 mineros.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios