Es normal y estaba sobre el papel lo que podría ocurrir en el caso de que los partidos finales de la temporada no tuviesen nada en juego. San Fernando y Cádiz B, con los deberes terminados esta temporada ofrecieron muy poco en el primer encuentro de los azulinos como campeones y, salvo en jugadas puntuales y en los goles, el partido fue de bostezo total.

Y eso que comenzó con el paseíllo de los gaditanos a los isleños y, en un visto y no visto, los de Iriondo se adelantaban en el marcador, tras cumplirse el primer minuto de juego.

Posiblemente el tanto y la falta de intensidad privó de ver mayor espectáculo y, aunque los jóvenes gaditanos buscaron sin premio alguno el empate, los azulinos se limitaban a pasar los minutos, y mucho más después de que otro regalo de la zaga visitante permitiese que los locales pusiesen el dos a cero en el marcador.

Esa jugada también fue determinante porque en ella, los de La Isla perdieron a uno de sus pilares esta temporada, Wicha. El argentino se retiró con un fuerte esguince de tobillo y habrá que esperar cual es el alcance de su lesión.

Hasta el final de la primera parte, nada de nada, si cabe reseñar la lesión del colegiado que dejó sin auxiliar la banda del ataque local, lo que fue muy protestado por los gaditanos.

En la segunda, los visitantes buscaron con intensidad el gol, pero quitando el anulado a Paco Vázquez en el 72, las jugadas más claras las tuvieron los isleños, a la contra, para sentenciar.

En el tiempo de descuento, Nico anotó un maravilloso tanto que hacía el del honor para los gaditanos y, después de inexplicablemente nueve minutos de prolongación, finalizó un partido con más pena que gloria.