El problema de la proliferación de naves y locales de celebraciones que no cuentan con las preceptivas medidas de seguridad e higiene y los correspondientes permisos para desarrollar dichas actividades viene siendo desde hace meses uno de los caballos de batalla del sector empresarial en la ciudad, junto a otras actividades y negocios especialmente proclives a albergar este tipo de irregularidades.

Ya en marzo de este año, la Asociación de Empresarios de Chiclana había registrado un total de 28 denuncias en lo referido a actividades que quedaban lejos del marco de la legalidad. Bases de estas denuncias son la carencia de autorización, ausencia de hojas de reclamaciones e indiferencia por la normativa sanitaria vigente y de seguridad. Un cóctel de infracciones que ha costado la apertura de expedientes a ocho locales de celebraciones, que ahora tendrán que pagar entre 60.000 y 70.000 euros, en caso de que dichas sanciones se hagan firmes.

Estas ocho salas forman parte de los 24 establecimientos que se han venido denunciando en los últimos meses, unos expedientes que, con las actividades multadas a la cabeza, son un ejemplo de la oleada de cierres y reformas que se ha puesto en marcha con el objetivo de regularizar este sector, como ha explicado a este medio el gerente de uno de los establecimientos existentes en la localidad que sí cumplen con lo establecido en la normativa vigente y que se queja de la competencia desleal que ejerce este tipo de actividades irregulares y de los riesgos y peligros que conllevan.

En lo referido a las salas de fiestas que actualmente se encuentran bajo el foco de las denuncias, cabe destacar que la mayoría de las mismas han sido denunciadas por la Policía Local, ya que, además, se da la circunstancia de que dichos negocios no sólo no se ocultan, sino que se exhiben abiertamente. Facebook, Milanuncios o el boca a boca son canales fundamentales en la proliferación de estas salas.

Como los propios empresarios apuntan, para reconocer los locales que carecen de los permisos necesarios basta con buscar en los mismos la existencia de salidas de incendios, extintores o si están sospechosamente ubicados en mitad del campo, muestras claras con las que se puede deducir fácilmente si el negocio es legal o no.

Cabe recordar, por otra parte, que a principios de año la Asociación de Empresarios se encontraba sumergida en una cruzada contra las empresas piratas, pues no hay genero laboral que no se haya versionado de forma ilegal en la ciudad. Desde academias de inglés, pistas de pádel o salas de fiesta, hasta talleres mecánicos sin licencia son un ejemplo de esta situación.

Esta misma asociación impulsó una campaña de denuncias contra la economía sumergida. Uno de los servicios mejor valorados por sus asociados hosteleros, mecánicos e industriales.

Pero, a pesar de esta consistente campaña contra los negocios irregulares, que trae de cabeza a los empresarios de la ciudad, el colectivo que los representa no busca la desaparición de ninguno de estos negocios, solo su reformulación. Que estas empresas ilegales se adapten para entrar dentro del marco legal y así mantener los puestos de trabajo que generan es la apuesta de la Asociación. Con ello, no solo desaparece el peligro de la falta de rentabilidad de los inversores, sino que el consumidor recupera sus derechos y la seguridad.