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Comparsa

Lobos

Localidad: Cádiz

letra y música. Juan Fernández Domínguez.

director.  Manuel Barragán Gallardo.

el tipo. Lobos, pero de mar. Muy al estilo del personaje de cómic Corto Maltés.

En semifinales: Lobos de mar que van "donde el viento" los lleve , tal y como cuentan en su popurrí, pero que no olvidan a Cádiz, a su tierra, a "la playa" que los vio "crecer", que no olvidan cómo "huele la arena", ni cómo son las calles de su ciudad en un segundo pasodoble de piropo a la Tacita pero también de crítica a todos los copleros que se olvidan de cantarle a Cádiz en Carnaval. Bonita letra de estos marineros que no se dejan engatusar por cantos de sirena, porque para cantar, ellos, que en este pase lo hacen divinamente.Unos minutos antes, tocaban un tema inédito en el certamen de este año y que, sin embargo, muy pegado a lo que está sucediendo en nuestra ciudad, pues en los últimos doce meses han muerto varias personas sin techo en Cádiz. A "los invisibles",  a "los que para nadie existen", aquellos "cuyas muertes se convierten en una bofetada para la sociedad", aquellos cuya muerte nos hace sentir "vergüenza". A ellos, a las personas sin techo, va un buen primer pasodoble. Los Corto (Maltés) van más cortos en los cuplés. En el primero se apuntan en un programa para conocer a una chica, la elegida tenía "una anguila" entre las piernas. En el segundo se ponen golosos con las fotos de las famosas en cueros  pero el apetito sexual se vienen abajo cuando ven en el ordenador una carpeta llamada "Teo". El popurrí tiene sus momentos brillantes. No los metería seguro en la final  pero  tienen posibilidades.

 

En cuartos: "Lejos de la tierra y cerquita del mar" se llevan a su "amor verdadero" con el que quieren pasar la vida "cantando coplas de Carnaval". Así se presentan estos capitanes al estilo de Corto Maltés, con promesas de amor en bocas que cantan una pieza inicial que cobra todo su potencial en el conjunto, una maquinaria bien engrasada. 

Hermoso comiezo del primer pasodoble, si no hubiera guardado esos llantos habría nacido otro mar. Letra dedicada, como se descubrirá al final, a la madre del autor a la que compara con una "valiente marinera" que capeó "temporales" y siempre llevó "el timón" de su barquito y dio de comer "a su tripulación". "Mi pequeña mujer con tus cansados pies". Imagen muy bella. Otra imagen, esta que busca el impacto y la reflexión, es con la que culmina el segundo pasodoble. Últimos versos pronunciados por bocas amordazadas. Y es que esta copla clama contra la ley mordaza  con la que "el cabrón mariano" pretende "acojonar a la patria", una "involución en la legislación" que nos devuelve al "estado policial". Pierde un poco la lírica. Los cuplés, propios de la modalidad, a una sirena (cómo no, se la quieren comer, éstos en adobo, qué manía.,,) y a la película de 50 Sombras de Grey (él se va a poner en la puerta del cine a ver si sale una muchacha muy metida en el papel...) El popurrí combina cuartetas interesantes con otras más apagadas. Creo que están para semifinales. 

En preliminares: Con ese aire de atractivo lobo de mar de Corto Maltés, la comparsa de Juan Fernández rinde tributo al mar, a Cádiz y a la historia de un romántico que “coge su sueño” y se hace “a la mar”.  Extenso punteado que se gusta y que deja paso a  un compás por bulerías donde entra un grupo potente, consistente que suena como las olas, que sólo quiere cantar “a su amor verdadero” coplas de Carnaval. 

Y me da a mí en la nariz que su amor verdadero es Cádiz.

 

Así lo dejan ver en su segundo pasodoble que viene al pelo a lo que ha ocurrido esta noche con la comparsa de Sevilla. No creo que esta letra sea una contestación al repertorio de los sevillanos, ya que su golpe final no lo dirigen en esa dirección. Les cuento, repasan algunas de las tradiciones de las capitales andaluzas (Semana Santa sevillana incluida entre ellas) para decir que al Carnaval lo quieren cambiar porque sus coplas cada vez son  más para consumo externo y no se le canta a Cádiz. Lo dicho, apropiado.  Además de ser un bonito pasodoble y con más razón que un santo. 

 

El primero, de comparación, es, sin embargo más facilón. Se trata de una crítica a la derecha y a la izquierda de esta ciudad con remate para el Patronato que está “lleno de morralla”.

 

En los cuplés está simpático el detalle de los coros, con mucha mala idea y machacones, tienen arte. El primer cuplé va para Jesulín que por lo visto se acordó de los difuntos de todo aquel al que no le gustara el toreo. El autor le contesta diciendo que él se acordó de los del diestro “cuando sacó un disco”. El segundo, al zoo de Castellar con recordario final para el aspecto físico de la chiquilla de la Pantoja, un clásico ya en el Concurso. 

Buen popurrí, reivindicativo y con bastante riqueza musical. Una comparsa que resulta bastante equilibrada y a la que se le adivinan ya buenas hechuras. 

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