La renta de nueve puntos que el Cádiz dispone sobre el segundo, el UCAM Murcia, supone una abultada ventaja a falta de sólo cinco jornadas para el epílogo de la Liga. Salvo catástrofe inimaginable en la recta final, el equipo amarillo será campeón del grupo IV con más holgura de la que nadie podía pensar en el ecuador del campeonato. Sólo falta saber la fecha exacta en la que certificará el pasaporte que otorga el pase como primero a la fase de ascenso. Este fin de semana, reservado en el calendario para la disputa de la 34ª jornada, se presenta la primera oportunidad para el líder de amarrar la plaza más privilegiada. Si el Cádiz consigue imponerse hoy al Lucena (a partir de las seis de la tarde en el estadio del municipio cordobés, televisado en directo a través de 8TV) y el UCAM Murcia pierde mañana en su visita al terreno del Cacereño, el conjunto gaditano confirmará su condición de campeón, aunque sea de manera virtual, con cuatro capítulos ligueros todavía por delante y a poco más de un mes para arranque del play-off -empieza el fin de semana del 23-24 de mayo-. Serían 12 los puntos de distancia sobre el segundo a falta de una docena por dilucidar y con más de 25 tantos de diferencia a favor en el goal average general (están empatados en el balance particular). Es decir, una distancia insalvable.

El entrenador del Cádiz, Claudio Barragán, se lleva a toda la plantilla a tierras cordobesas -la expedición viaja por la mañana con los 19 futbolistas- y no será hasta hoy cuando dé a conocer una alineación en la que habrá cambios respecto al partido anterior porque el propio técnico anunció ayer que hará rotaciones. "No condiciona el terreno ni el rival, independientemente de eso íbamos a hacer lo mismo y seguiremos en la línea de que participe gente con menos minutos", explicaba el técnico, que apuntaba que ningún jugador sabe "por dónde voy a tirar este semana". Y es que Claudio quiere que todos estén concentrados. "No me gusta que desde el principio de semana el jugador si sienta marginado, es importante que todos estén conectados".

Después del anuncio realizado ayer por el entrenador, el once inicial es una ecuación casi imposible de resolver porque todos tienen posibilidades de salir desde el comienzo.

El caprichoso destino ofrece a los gaditanos la posibilidad de asegurarse el primer puesto justo una vuelta después del estreno de Claudio Barragán el banquillo, que debutó en el estadio Carranza con una plácida victoria (3-0) frente a un endeble equipo lucentino que hoy, en su territorio, será un adversario mucho más peligroso acuciado por las urgencias clasificatorias. Veinte partidos le pueden bastar al técnico valenciano para hacer campeón al Cádiz antes del asalto definitivo.

El primero de la clase comparece sobre el césped sintético del penúltimo en la tabla, mucho más necesitado de puntos en su desesperada lucha por evitar el descenso.

A priori se trata de un choque desigual entre un equipo, el líder, que atesora 67 puntos, y otro, el vicecolista, que acredita 35 (tres por debajo de la salvación), es decir, 32 menos. Pero si por algo destaca el Lucena es por su fortaleza como local. Con 28 puntos sumados en casa, se agarra al asidero de su feudo en busca de un milagro deportivo en medio de una descomunal crisis institucional y deportiva que provoca que la plantilla arrastre ya cinco meses sin cobrar. Siete victorias, otros tantos empates y dos partidos perdidos jalonan la trayectoria de la escuadra aracelitana frente a un Cádiz fiable como visitante que no conoce la derrota a domicilio en la segunda vuelta, en la que acumula cinco triunfos (ante Betis B, La Roda, Granada B, Cacereño, San Roque de Lepe) y dos igualadas (contra La Hoya Lorca y El Palo, las dos a domicilio).

Los amarillos se mueven en dos mundos paralelos. Por un lado, están a un pequeño paso de hacer realidad el objetivo de ganar la Liga en el grupo IV después de sobrepasar con brillantez al UCAM en la tabla. Por otro, llevan dos jornadas consecutivas sin paladear el dulce sabor del triunfo y en el duelo más reciente, frente a la Balona, firmó una pobre actuación que incluso provocó el enfado público de Claudio.

El equipo amarillo ha trabajado durante la semana con la misión de corregir errores con el reto de volver a conjugar el verbo ganar. La visita al estadio Ciudad de Lucena se presenta como una ocasión de oro para que el Cádiz reaccione y regreso sin dilación a la senda de la victoria con las prestaciones que le han llevado hasta el liderato en la segunda vuelta.

No será suficiente con la intensidad que siempre exige el entrenador. Deberá estar acertado en las áreas y más entonado en el desarrollo del juego que en anteriores citas. En definitiva, espantar las malas sensaciones ofrecidas siete días atrás y de paso acabar con la maldición de un campo que se le resiste al cuadro gaditano. Desde su último descenso a Segunda B, el Cádiz siempre pierde en Lucena. Cuatro derrotas consecutivas (3-1, 3-0, 2-0, 1-0) son el fiel reflejo de lo mal que se le da esa salida. Y una quinta dejaría un nal sabor de boca.

En el conjunto cordobés, la principal novedad está al reestreno en el banquillo de Falete, que sabe de sobra cómo hacer doblar las rodillas al Cádiz. El técnico se ha cargo del banquillo con el complicado reto de salvar a un equipo asfixiado en la tabla. No puede contar con el lesionado Pepe Díaz, que se rompió del cúbito de su brazo izquierdo en el choque contra el Villanovense y se pierde lo que resta temporada. Es baja también José Hermosa, en su caso por sanción, mientras que Sarmiento podría volver al once aunque tiene molestias.

El Lucena ha declarado el partido medio día del club y la entidad destinará la recaudación a pagar lo que pueda de la cantidad que adeuda a los jugadores. La visita del Cádiz puede propiciar la mejor entrada de la temporada en el estadio del municipio cordobés. Se espera numerosa presencia de aficionados del conjunto amarillo.