El 'mal bajío' que parece perseguir al Cádiz en los últimos años, especialmente desde el ya famoso penalti de Abraham Paz en el campo del Hércules, se dio ayer una vuelta por la sede de la Real Federación Española de Fútbol para que el rival de los amarillos en los dieciseisavos de final de la Copa del Rey sea el Villareal. El premio gordo que suponen el Real Madrid o el Barcelona pasó de largo, pero ni siquiera quedó un segundo o un tercero que hubieran supuesto emparejarse con el Atlético, el Athletic o el Sevilla.

En la sala de prensa del Ramón de Carranza, donde se congregaron la plantilla, algunos consejeros y la prensa, no se quería ni hablar de dos equipos, Villarreal y Real Sociedad, a pesar de que también estaban en el bombo de los posibles. Muy rápido, quizás demasiado para la tensa espera del momento, se conocieron los cruces del Real Madrid con el Cornellà y del Barcelona con el Huesca. Algo se desvanecía en el ambiente y se apreciaba en el rostro de los integrantes del equipo. Esa sensación fue en aumento cuando quedó confirmado el rival, el Villarreal, con el que nunca se ha cruzado el Cádiz en el torneo del ko. Choque de submarinos, apelativo por el que existe un pique sano en cuanto a saber a quién le corresponde en verdad. El primer asalto será el 3 de diciembre en el Ramón de Carranza, mientras que el segundo, en El Madrigal, queda fijado para el 17 de ese mismo mes. Tampoco anima saber que en caso de campanada cadista elimimando al Villarreal, el rival en octavos saldría del Oviedo-Real Sociedad.

Después de que los jugadores adornaran el chasco con un tímido aplauso que premiaba su esfuerzo de haber llegado hasta la cuarta ronda por encima del premio del rival, se produjeron las primeras reacciones. Para empezar, Antonio Calderón: "Todo el mundo tenía ilusión porque nos tocara un equipo atractivo y se trata de un gran rival, pero nosotros somos un club histórico y a ver si nos volvemos a convertir en el matagigantes que éramos antaño para eliminarlo. Es un equipo de Primera, pero nosotros tendremos el apoyo de nuestra afición en este sueño y, además, a doble partido se puede dar cualquier resultado", expuso.

La escasa fortuna del sorteo contó con la siguiente explicación por parte del técnico: "La suerte hay que buscarla. El Madrid y el Barcelona tienen un valor económico añadido pero el Villarreal es un equipo más real, así que pelearemos nuestra suerte contra un equipo que tiene los pies en la tierra. No renunciamos a nada".

Airam Cabrera, uno de los dos ex del Villarreal de la plantilla -el otro es Kike López-, le siguió en el capítulo de reacciones. "Yo estuve año y medio allí y será especial volver porque dejé muchos amigos allí", añadiendo que "se trata de un premio y saldremos al campo a disfrutar y a competir porque en cuanto a masa social ganamos al Villarreal por goleada, pero ellos son muy favoritos".

Profundizando en el conjunto castellonense, señaló que "es de Europa League con una trayectoria y que ha hecho cosas importantes". Dos Santos y Uche son dos jugadores muy importantes arriba, pero quien de verdad creo que marca la diferencia es Bruno", recalcó el ariete.

También habló, Manuel Vizcaíno, quien manifestó que "a nosotros nadie nos puede quitar la ilusión por competir al máximo nivel y por hacerlo en la Copa". "Obviamente queríamos al Madrid o al Barcelona por la repercusión económica que conllevan, pero ahora valoramos que contra el Villarreal podemos tener opciones para competir. Es innegable que el Villarreal es favorito al noventa por ciento, pero nosotros vamos a pelear a muerte ese diez por ciento".

Por parte del Villareal, su vicepresidente, José Manuel Llaneza, advirtió ayer la dificultad a la que se enfrentan: "Sabemos que el Cádiz tiene un equipo competitivo y que no será nada fácil". También muy respetuoso el entrenador, Marcelino García Toral: "Es el adversario más complicado de los equipos de Segunda B. Trabajaremos para que no nos sorprenda; es un muy buen equipo hecho para subir".