Aunque la sesión de trabajo que el Cádiz llevó a cabo ayer en las instalaciones de El Rosal se celebró a puerta cerrada, tal y como estaba programado, el propio entrenador reveló al término de la misma que Juan Villar había participado con normalidad después de someterse a una prueba que confirmó que sólo sufría un golpe.

Así, el extremo onubense se incorporó al trabajo de grupo sin mayores contratiempos y, en principio, salvo sorpresa de última hora, no debería tener ningún problema para entrar en la lista de convocados que formarán parte de la expedición que se desplace a Melilla, e incluso podría repetir presencia en el once titular que salte al campo en el Álvarez Claro.

Por contra, la lesión que sufre Kike López mantiene más receloso al cuerpo técnico cadista, como de hecho confesó Antonio Calderón en rueda de prensa. El centrocampista apenas experimentó mejoría de los problemas que arrastra de espalda y, aunque habrá que esperar a la jornada de hoy para comprobar cómo sigue evolucionando, todo apunta a que su presencia en tierras norteafricanas parece complicada. En cualquier caso, en función de cómo amanezca el jugador hoy se valorará y se tomará una decisión.