Un Sevilla plagado de suplentes sucumbió ante la Sampdoria y no podrá revalidar el título conquistado el año pasado. Liderados por Obiang y Okaka, los italianos decantaron la balanza a su favor en la segunda parte ante los hispalenses, que acabaron con nueve por las expulsiones de Luismi y Bacca.

Unai Emery desplegaba un once que en poco se parecía al que tres días antes había puesto en liza en la Supercopa de Europa. Reservaba a los titulares -salvo Fazio y Aleix Vidal-, mientras que Sinisa Mihajlovic sí apostaba por una amplia nómina de habituales. Los hispalenses arrancaban con brío hasta el punto de rozar el gol en el primer acercamiento. El tempranero aviso despertaba a los genoveses, dispuestos también a plantar batalla aunque sin llegar a inquietar a Barbosa.

La pelota iba de un campo a otro sin solución de continuidad hasta que la fiesta del fútbol se veía interrumpida poco antes del cuarto de hora por una bronca sobre el césped entre jugadores de los dos equipos que acababa con la expulsión del técnico del cuadro italiano, que había irrumpido en el campo se supone que para defender a los suyos. El balón volvía a cobrar protagonismo con un Sevilla más entonado que el rival, dueño de la posesión, con un Reyes muy activo, pero errático en la definición.

El aburrimiento aumentaba con el paso de los minutos. El Sevilla jugaba a tirones y los italianos mostraban malas maneras -entre patadas y protestas- pero poco después de la media hora rompían la trayectoria tediosa del choque con una brillante acción individual de Okaka dentro del área que finalizaba con un punterazo del ariete que casi ve puerta. Era la ocasión más clara de los transalpinos, una gota de calidad en medio del océano de sopor en un duelo con poco fútbol. Poco después era Obiang el que lo intentaba de cabeza, aunque su testarazo moría en las manos de Barbosa en la última aproximación con cierto peligro antes de un intermedio que era lo mejor que podía suceder en un encuentro que hasta entonces en nada parecía al primero.

Estaba por ver en la segunda parte si alguno de los dos contendientes iba a ser capaz de aportar la salsa necesaria para dar sabor al fútbol. En el minuto 52 se producía una acción que suponía un punto inflexión. Okaka, a punto de rematar bocajarro, era derribado por Luismi. El árbitro, sin dudarlo, señalaba el punto de penalti, expulsaba al defensor sevillista y Eder transformaba la pena máxima para adelantar a los genoveses.

El vigente campeón del Carranza estaba contra las cuerdas, obligado a reaccionar con uno menos. Emery apuntalaba la zaga con Carriço y daba entrada a Denis Suárez en busca de la reacción. Fazio rozaba el empate cuatro minutos después con un cabezazo que sacaba a lo justo Dacosta. Del posible empate a uno se pasaba al 0-2 que dejaba el choque visto para sentencia. En el 70, el balón llegaba al Gabbiadini, que sin pararlo lanzaba con la zurda lo metía por la escuadra contraria. Un auténtico golazo con el que los genoveses sellaban el pasaporte para la gran final, la primera en su segunda participación en el Trofeo.

El partido sólo daba para la expulsión postrera de Bacca y el pase a la final de la Sampdoria.

Ficha técnica:

0- Sevilla FC: Barbosa, Cicinho, Luismi, Fazio, Diogo, Iborra, Aspas (Krychowiak, m. 76), Vidal, Reyes (Denis, m. 63), Cotán (Bacca, m. 76) y Muñoz (Carriço, m. 60). 

2- Sampdoria: Dacosta, Cacciatore, Salamon, Gastaldello, Reggini, Palombo, Soriano (Bergessio, m. 86), Obiang, Gabbiadini, Eder y Okaka. 

Goles: 0-1. M.54. Eder, de penalti. 0-2. M.71. Obiang. 

Árbitro: Melero López (colegio andaluz). Expulsó al entrenador del Sampdoria, Sinisa Mihajlovic (minuto 13), al central sevillista Luismi (minuto 54) y a su delantero Bacca (minuto 87). Amonestó con cartulina amarilla a Gabbiadini, Fazio, Salamon, Obiang y Krychowiak. 

Incidencias: Segunda semifinal del LX Trofeo Ramón de Carranza, disputada en el estadio Ramón de Carranza de Cádiz. Menos de un tercio de entrada. Terreno de juego en buenas condiciones.