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Trofeo carranza

Derrota que no escuece (0-1)

  • El Cádiz tutea al todopoderoso Atlético de Madrid a base de orden y deja magníficas sensaciones pese a caer en la semifinal por culpa de un gol afortunado del campeón liguero.

La lógica se impuso y el Atlético de final se convirtió en el primer finalista del LX Trofeo Carranza. El Cádiz perdió pero dejó una magnífica impresión de cara a la temporada que se avecina. Los amarillos sacaron su orgullo, plantaron cara en todo momento y cayeron con un solitario gol de fortuna de Raúl García. Nada se le puede reprochar a un equipo gaditano que derrochó entusiasmo, desplegando orden, esfuerzo y rigor táctico. El rendimiento individual y colectivo de los jugadores no ofreció dudas y la afición premió el esfuerzo al final del partido. Más allá de la derrota, el Cádiz del curso entrante dejó una carta de presentación de buen agrado y ahora será el Atlético el que opte a su novena copa para liderar en solitario el palmarés del Trofeo.

En el primer once con el que el nuevo Cádiz se presentaba delante de la afición figuraba Aulestia en la portería, con Óscar Rubio y Tomás en los laterales y Servando y Josete en el eje de la defensa. Calderón optaba en del doble pivote por el joven chileno Navarrete y la experiencia de Espinosa, con los ya conocidos Juan Villar y Migue García como inquilinos de las bandas. Fran Machado ejercía funciones de enganche en tres cuartos y Jona se erigía en el hombre más adelantado.

Por el conjunto colchonero salía el once de gala, con la única ausencia de Arda Turan por sanción. Simeone quería hacer la última prueba antes del choque de ida de la Supercopa de España.

Los rojiblancos imponían su jerarquía desde el primer momento frente a un Cádiz agazapado con orden a la espera de una contra. Bastaban a los madrileños un par de toques para generar peligro. Llegaban más por calidad que por empuje. En el minuto 8, Mandzukic culminaba una combinación en ataque con un disparo, ya dentro del área, que estrellaba el esférico contra el lateral de la red. Casi sin respiro, Griezmann ofrecía destellos de su habilidad con una pared que le dejaba solo en la frontal del área, pero su tiro lo detenía Aulestia.

La disciplina táctica era el mejor argumento con el que los amarillos combatían al campeón de Liga. El secreto estaba en no perder la posición, defender todos juntos como un bloque y salir con rapidez. No es nada fácil sorprender al Atlético pero Óscar Rubio lo intentaba dos veces seguidas con sendos balones al área pasado el primer cuarto de hora, a modo de aviso. Mandzukic respondía con inmediatez con un remate a bocajarro que obligaba a Aulestia a evitar el primer gol del partido. El vasco reaparecía delante de la afición con su mejor versión para mantener el marcador a cero.

El Cádiz tenía poco que perder y mucho que ganar ante el campeón de Liga y subcampeón de Europa, que, como es lógico, disfrutaba de alguna ocasión clara. La teórica superioridad colchonera no se reflejaba sobre el césped y a los amarillos, sin titubeos para tutear a un todo un trasatlántico, no les faltaba descaro para irse adelante. Juan Villar, en el 21, disponía de una falta en la frontal del área que no aprovechaba y su flojo lanzamiento centrado lo paraba Moyá.

El duelo no destilaba demasiado ritmo aunque sí algún susto para la parroquia local. Justo en el ecuador del primer acto, el Atlético demostraba que las acciones a balón parado son uno de los puntos fuertes que le han llevado a ser uno de los mejores equipos del continente. Un saque de esquina era rematado de cabeza por Godín y el balón tropezaba con el larguero tras rozar Aulestia con un guante. Poco más ofrecía la primera parte en las áreas hasta que Juan Villar, justo antes del intermedio, se inventaba un maravilloso regate cerca de la portería visitante y disparaba con la izquierda, pero la pelota rebotaba en un zaguero. Casi marca el Cádiz en su mejor ocasión y la afición premiaba a los suyos con cánticos de ánimo. Los gaditanos, bien posicionados, habían plantado cara a todo un gigante sin miedo, con una solidez que invita al optimismo y un rendimiento de los jugadores que dejaba patente que el Cádiz tiene trabajo y calidad. Dentro del buen tono general, sobresalía la labor desarrollada en la medular por Navarrete y Espinosa.

Un cabezazo de Koke en el área pequeña casi sorprende al Cádiz antes del primer minuto de una segunda parte que arrancaba con la novedad de la entrada de Airam Cabrera por Migue García. Calderón juntaba en ataque al canario y a Jona por el centro, situando a Fran Machado en el costado izquierdo. En el Atlético, Siqueira ocupaba el sitio de Ansaldi en el lateral izquierdo.

El campeón de Liga pisaba el acelerador tras el descanso y avisaba de que estaba dispuesto a romper la baraja en cualquier momento. En el 54, Aulestia aparecía una vez más para sacar una mano milagrosa que impedía que el remate de Griezmann entrara en la portería. El vasco llevaba una tarde sin mácula hasta que en el 58 un centro de chut de Raúl García desde el costado derecho del ataque atlético pasaba por encima del cancerbero, tocaba en un poste y el balón terminaba en el interior del marco. El típico gol sin querer que parte de un centro defectuoso que toma la dirección a puerta. Hasta el propio autor del tanto hacía un gesto de extrañeza, como queriendo expresar que no buscaba poner el esférico entre los palos.

La cuestión es que los madrileños cobraban ventaja con media hora por delante que se erigía en todo un desafío para el pez chico. Por falta de voluntad no iba a ser y los amarillos intentaban equilibrar la balanza. Una peligrosa internada de Juan Villar que no encontraba rematador dentro del área y un posterior zurdazo de Airam Cabrera desde la frontal que casi se cuela en la portería colchonera no resultaban suficientes para variar el guión.

El Atlético sofocaba sin dificultades los intentos de rebelión del débil aunque dejaba el desenlace en el aire ante la falta de acierto en los metros finales. En el 80, Raúl García, que lo tenía más fácil que en la acción del gol, no acertaba solo delante de Aulestia, que también detendría después otro disparo del navarro con el tiempo casi cumplido.

Calderón movía más piezas que Simeone y disfrutaban de minutos Mantecón, Kike López, Kike Márquez, Galindo y Diego González. Espoleados por la grada, los amarillos daban un último arreón sin consecuencias. El Atlético, finalista ante un Cádiz más que digno que dejó un grato sabor de boca.

Ficha técnica:

0 - Cádiz CF: Aulestia, Rubio, Servando (González, m. 87), Josete, Tomás, Navarrete, Espinosa (Galindo, m. 74), Villar (López, m. 80), Machado (Mantecón, m. 68), Migue García (Airam, m. 46) y Jona (Márquez, m. 74).

1 - Atlético de Madrid: Moyá, Juanfran, Miranda, Godín, Ansaldi (Siqueira, m. 46), Gabi, Tiago, Raúl García, Koke, Griezmann (Héctor, m. 80) y Mandzukic (Rodríguez, m. 56).

Gol: 0-1. Minuto 58. Raúl García.

Árbitro: Santos Pergaña (colegio andaluz). Amonestó con cartulina amarilla a Miranda, Ansaldi, Mandzukic y Servando.

Incidencias: Primera semifinal del LX Trofeo Ramón de Carranza, disputada en el estadio Ramón de Carranza de Cádiz con tres cuartos de entrada. Terreno de juego en buenas condiciones. Se sentó en el banquillo visitante el último fichaje del Atlético de Madrid, el mexicano Raúl Jiménez.

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