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Hace apenas dos meses en San Fernando parecía que los ciudadanos recuperaban las ganas de influir con su voto en los designios políticos: en el caso que ocupaba la dirección de la Junta de Andalucía. Dos meses después, y a pesar de la movilización de las formaciones -esta vez en primera línea por ser unos comicios locales- y de la presencia de emergentes con tirón (Sí se puede San Fernando como representante indirecto de Podemos y Ciudadanos), los isleños no han respondido de igual manera y su participación en la jornada electoral del domingo volvió a bajar. Sólo en las europeas de 2014 y en las autonómicas de 2012 se acercaron menos ciudadanos en La Isla a dejar su voto, frente a elecciones generales, autonómicas del pasado marzo y las anteriores municipales, cuando el porcentaje (también en número porque había más censo electoral) fue mayor.

Un total de 40.219 personas votaron en la ciudad hace tres jornadas. Eso supone un 52,48% de los que estaban llamados a ejercer este derecho. Dejaron de hacerlo 36.424 ciudadanos, lo que supone una abstención muy alta, del 47,52%, en lo que se ha convertido en una decisión endémica de la sociedad. San Fernando estuvo, de hecho, por encima de la media de abstención en la provincia de Cádiz, donde se quedó en un 43,79%. En comparación con otras poblaciones de la Bahía, en La Isla votó un porcentaje menor de su censo electoral que en la capital (65,22%), mayor que en Chiclana (48,68%) o similar a El Puerto (51,33%).

La tendencia al alza en el municipio de la participación en las elecciones que desde 2011 se han celebrado (excepto autonómicas de 2012 y europeas de 2014) se ha frenado de golpe con esta cita electoral. El 22 de mayo de 2011 hasta un 53,56% de la población electoral se lanzaba a las urnas. Cuatro años y dos días después, el pasado 24 de mayo, fueron menos vecinos de La Isla los que salieron de sus casas para depositar su papeleta en las urnas: un 52,48%, que se traduce además en menos ciudadanos pues el censo electoral lejos de aumentar ha descendido en estos años. En este período la participación ha oscilado desde un 37,98% de los comicios para el Parlamento Europeo, como dato más bajo de los cosechados en estas votaciones, hasta la más alta que fueron las generales de noviembre de 2011, cuando votó un 64,26%. También la última cita para elegir representantes para el Parlamento de Andalucía deparó unos números elevados: el 24 de marzo pasado 45.075 personas (un 58,87%) acudieron a sus colegios electorales. Fue un cambio respecto a tres años antes, porque en 2012 las andaluzas reflejaron casi un empate entre votantes y abstencionistas.

¿Han despertado el interés deseado o esperado los partidos emergentes? Parece innegable que han atraído a un nutrido número de ciudadanos que buscaban otra cosa, pero no con el ímpetu que se creía a tenor de los resultados: no han desbancado a las fuerzas habituales, ni PSOE, ni PP, ni siquiera PA; sólo han sacado a IU de la Corporación Municipal donde tenían un representante. Cabe ahora preguntarse qué mueve realmente a los isleños a las urnas.

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