Bicentenario

El presidente del Congreso admite la hartura ciudadana hacia los políticos

  • Jesús Posada inaugura el VII Foro Parlamentario Iberoamericano en Cádiz advirtiendo de que "el descontento nos alerta de que tiene que haber mecanismos más eficaces en la lucha contra la corrupción"

Lo que se podría calificar como 'precumbre', el VII Foro Parlamentario Iberoamericano, se inauguró ayer en el Palacio de Congresos de Cádiz con las habituales menciones a la Constitución del Doce en una versión imprecisa y bucólica y con un discurso, el del presidente del Congreso, Jesús Posada, en el que se admitió el cansancio de los ciudadanos hacia sus representantes. De este modo, el poder legislativo español, el heredero de aquél que hace 200 años se constituyó en Cádiz, lanzaba este mensaje tras reafirmarse otra vez en la vocación de servicio y el interés general: "El descontento nos alerta de que es necearia la autocrítica y crear mecanismos más eficaces en la lucha contra la conrrupción, así como buscar las fórmulas para logar una mayor participación ciudadana en las decisiones políticas".

El Foro que durante ayer y hoy se celebra en Cádiz es una primera toma de contacto entre los países que el próximo 16 de noviembre reunirá a los presidentes de 22 países a través de sus representantes parlamentarios, que pese a que históricamente no suele extraer grandes decisiones de sus encuentros, en esta ocasión piensa Posada que "las grandes esperanzas depositadas en ella no se verán defraudadas". No se toma ninguna decisión de enjundia, sino que lo que se busca es crear una línea de trabajo que Garía Posada resumió en "mejorar las relaciones económicas y eliminar las barreras legales entre nuestros países".

Lo económico parecía tener su protagonismo, pero las conclusiones de unos de los grupos de trabajo que se reunieron tras la solemne inauguración, desvió la atención hacia la crisis de la democracia representativa: "Hay que encontrar nuevas respuestas desde el plano constitucional a la crisis de la democracia representativa, incorporando nuevos cauces de comunicación de las instituciones con los ciudadanos, fomentando la votación y participación ciudadanas y reconociendo el valor de las nuevas tecnologías en este proceso de comunicación".

El presidente del Senado de Brasil, José Sarney, que participó en la inauguración, pronunció su discurso en portugués. Se entendió todo. Quería demostrar que la América 'española' y la América 'portuguesa' son la misma América y que esa América tiene que acudir al socorro de sus países matrices que, según él, se plasman en su nueva era en la Constitución del Doce. Para Sarney, "tenemos un fuerte compromiso con España y Portugal que debemos asumir a través de nuestros gobiernos y nuestros pueblos".

Este apoyo que propugnaba Sarney no consistía en "los apoyos de los beneficios del capital en detrimento de las clases populares y el aumento de las desigualdades sociales, sino en políticas públicas de la inserción social de los menos favorecidos".

Porque lo que Sarney defendía desde la tribuna de oradores era una mezcla de los dos temas protagonistas, rescatar a la democracia representativa a través de una economía social.

03153017

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