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Bicentenario

Moneo vincula Cádiz con la arquitectura norteamericana

  • El reconocido arquitecto diseccionó desde el ciclo Ultramar sus dos emblemáticos proyectos de la Catedral de Los Ángeles y el Northwest Science Building de Nueva York

Rafael Moneo siente la arquitectura, la vive, la erige entre respuestas urbanísticas contundentes capaces de otorgar de la mayor complejidad a los espacios más simples. Así lo hizo con dos de los mayores retos a los que se ha enfrentado en su exitosa y experimentada trayectoria: la Catedral de Nuestra Señora de los Ángeles (Los Ángeles, California) y en Northwest Science Builiding de la Universidad de Columbia de Nueva York.

Dos imponentes edificios que ayer diseccionó apasionadamente en la conferencia Los proyectos americanos, que tuvo lugar en el marco del ciclo de Ultramar, puesto en marcha por el Consorcio para la Conmemoración del Bicentenario y el Colegio de Arquitectos de Cádiz (COAC).

Rafael Moneo explicó la necesidad de incorporar la arquitectura de los Estados Unidos de América en la cita que ayer congregaba en el salón de actos de la sede del COAC a numerosos admiradores de su obra. "La arquitectura española llegó de las Carolinas a California y Lusiana. Y Cádiz era el origen de tantos navíos que viajaban a las Américas", decía el insigne arquitecto, poco después de ser nombrado Colegiado de Honor del COAC, a cargo del decano Víctor Manuel Gómez, en un acto que también contó con la presencia del gerente del Consorcio del Bicentenario, Pedro Flores y un representante de la empresa Ferram, en la que trabaja Moneo.

Por este motivo, esgrimía Moneo, "Jefferson, que vivió en París, incorporó tan gustoso los territorios españoles al nuevo estado". A lo que sentenció que "no se podía entender un ciclo como éste, dedicado a Ultramar, sin incorporar a los Estados Unidos de América".

Desde este otro lado del Atlántico importó el recién nombrado premio Príncipe de Asturias dos de los múltiples proyectos con los que allí ha dejado su singular impronta.

Por estos edificios exquisitamente diseñados discurrieron sus palabras, que parecían introducirse en cada uno de los recovecos magistralmente resueltos por el arquitecto. Así, del difícil reto que "como arquitecto e individuo" supuso para él levantar un espacio para el culto en el corazón de Los Ángeles, en el seno de una sociedad que parecía tan alejada de estos intereses, habló profundamente. En sus manos cayó un trabajo tan trascendental como es "expresar lo religioso": La Catedral de Los Ángeles, en Los Ángeles, California. Y lo resolvió con un diseño urbanístico que alcanzó lo místico, desde la tierra, con decisiones vinculadas a la simbólica orientación, "mirando a Roma", la inusitada planta de "capillas invertidas, lo que daba la vuelta a la tradicional estructura de las iglesias" o la intensa luz de la que inundó el edificio y que entra a raudales desde sus cristaleras. "Esa luz que de la que he disfrutado en iglesias bizantinas, esa luz barroca que utiliza como metáfora la presencia divina, esa luz que está en Bernini y que tantas veces buscamos los arquitectos".

El acceso principal desde una plaza obligó a proyectar lateralmente las puertas de la Catedral, dando como resultado la construcción de una serie de capillas que no quedaban expuestas a la nave central y que se abren a deambulatorios "que va alcanzando gradualmente sus espacios, hasta llegar al corazón de la iglesia", explicó.

Y de este espacio para el culto levantado entre las autovías que "como la sangre recorre las venas de un vertebrado", saltó al Northwest Science Building de la Universidad de Columbia, Nueva York (2005-2010). Un proyecto hecho de "texturas", recalcó el arquitecto, que nació en el último solar edificable del campus diseñado por los arquitectos neoclásicos McKim, Mead&White, cuya esencia quería perpetuar bajo la condición de salvar un gimnasio.

Moneo diseñó un edificio con laboratorios de última tecnología, que es de lo que se trataba, en siete plantas de doble alturas, en el que insertó una serie de espacios públicos como un café o la biblioteca.

Estos espacios vienen a aportar una "riqueza de experiencias" en su interior, al hilo de los lugares contiguos creados por su artífice.

Destaca de su obra la fachada de aluminio, diseñada como una textura de lamas y ventanales que enfatiza el programa científico que envuelve.

En definitiva, un proyecto complejo, cuyo denominador común con la Catedral "es la respuesta urbana crucial y definitiva del arquitecto". Una respuesta digna de uno de los grandes maestros de la arquitectura contemporánea.

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