O de la mano de la Junta de Andalucía o con las puertas cerradas. La residencia de mayores de San Juan de Dios está condenada a depender de la administración autonómica para poner en marcha la actividad que en su día decidió el Obispado. El edificio que hasta hace unos años albergaba un hospital está completamente rehabilitado y totalmente habilitado y equipado desde hace meses para empezar a recibir a los nuevos vecinos mayores de edad. ¿Por qué la apertura se retrasa tanto? ¿Por qué el concierto de plazas con la Junta de Andalucía es indispensable para ponerlo en marcha?

Efectivamente, la otra alternativa que tendría Gerón -encargada de la gestión del geriátrico- sería abrir el centro sin contar con la Junta de Andalucía. Pero desde la fundación son meridianamente claros en este sentido: ofertar las plazas en régimen privado sería del todo inviable. Varios factores inciden en esta imposibilidad de prescindir de la administración para ocupar las camas, según detalla el gerente de Gerón, Javier Merino.

En primer lugar, habría que tener en cuenta las grandes dimensiones del antiguo hospital. Del proyecto del Obispado resultaron 130 plazas para residentes. "Es muy grande", señala Javier Merino, explicando que con ese número de ancianos la residencia tiene unos costes estructurales bastante importantes (nóminas de personal, mantenimiento del edificio, y los diferentes servicios necesarios, como limpieza, lavandería, cocina...).

Otro factor más que decisivo en esta cuestión es el del coste de la plaza en régimen privado y la demanda real que existe en la ciudad o, al menos, la que se ha encontrado la Fundación Gerón. Merino señala que una plaza de residencia en San Juan de Dios supondría un coste de entre 1.600 y 1.800 euros mensuales, una cifra demasiado elevada para las posibilidades económicas de muchos ancianos y de sus familias y sensiblemente superior al coste de una plaza concertada (unos 1.500 euros, de los cuales un porcentaje lo paga la Junta de Andalucía). "La gente sabe del derecho que tienen a una plaza pública, y optan por esperar a que se la concedan antes de costear una con sus propios medios", comenta Javier Merino al respecto.

De hecho, Gerón asegura que si hubiera tenido ocupadas las treinta plazas que habrá en San Juan de Dios en régimen privado la residencia ya estaría abierta y funcionando. Pero la realidad es bien distinta: aún no hay ni una sola demanda de plaza privada. "Hasta ahora sólo se han dado tres o cuatro casos de personas que han solicitado información, pero ninguna ha pedido una plaza", asegura Merino. Y es que la fundación entiende que "en Cádiz no hay esa capacidad económica para costear plazas privadas", en contrapunto a otras ciudades (como Sevilla, donde Gerón sí ha abierto una residencia de mayores privada).

Gerón insiste en que si dispusieran de esas treinta plazas privadas San Juan de Dios abriría sus puertas. De otra manera, "no se compensarían los gastos con los ingresos", teniendo en cuenta además que el centro lo gestiona una fundación sin ánimo de lucro, no una empresa.

Y a todo esto se suma un último factor: "si abriéramos en régimen privado chocaríamos frontalmente con el ideario de la Iglesia y de Gerón", al limitar el acceso a mayores con cierto poder adquisitivo. Y es que el obispo fue muy claro cuando se firmó con Gerón el convenio de utilización de San Juan de Dios: "Quiero una residencia de lujo para personas que no tengan medios". Y para ello, la apertura de las puertas de este geriátrico deberán esperar al concierto con la Junta.