Cádiz

El muro que paró a Napoleón

  • José Antonio Barroso propone crear una ruta por toda la red de fortificaciones relacionadas con la defensa de la Bahía durante el ataque francés · Plantea que la gestione un organismo supramunicipal

Quién le iba a decir a Napoleón que iba a ser el causante de la mayor apuesta mancomunada de la Bahía de Cádiz de los últimos años. Que todas las fortificaciones levantadas en Puerto Real, la Isla de León y Cádiz para defenderse del ataque de los gabachos iban a servir para que, doscientos años más tarde, se plantease una apuesta metropolitana en una Bahía tan personalista como la gaditana.

La idea surge en Puerto Real, en cuyo extenso término municipal se localiza el mayor número de fortificaciones que aún se mantienen en pie, en mejor o peor estado, procedentes de la defensa del último territorio libre español entre 1810 y 1812. La idea la traslada el alcalde de la Villa, José Antonio Barroso, durante un encuentro mantenido con periodistas de Diario de Cádiz.

"No podemos centralizar únicamente el Bicentenario y lo que ello supuso en su momento de defensa de nuestro territorio en el castillo de San Sebastián, sobre todo porque no tuvo nada que ver; o en el Carenero, cuya rehabilitación ya está en marcha. Hay que mostrar todos los escenarios de forma global, relacionándolos y trasladando al conjunto de los ciudadanos su papel en toda esta historia. Hay que crear, así, una ruta que recorra todas las fortificaciones que se mantienen en Puerto Real, en San Fernando y en Cádiz, previamente restauradas y preparadas para su visita", propone el edil de Puerto Real.

Considera que los ayuntamientos no deben de ir en este tema "por libre". Se considera que de esta forma se desaprovecharía el potencial de todos estos elementos y obligaría a cada uno de los municipios a soportar un gasto muy elevado, de mantenimiento y de gestión, imposible de asumir en estos tiempos de crisis para las corporaciones locales.

La propuesta de Barroso pasa por "la creación de un órgano mancomunado, que sea plural y dinámico, formado por todas las administraciones locales implicadas y propia la Junta de Andalucía", y que afronte finalización de la rehabilitación de todas estas fortificaciones, incluso las más insignificantes, creando una ruta que las unifique y que traslade al visitante a la defensa de la Bahía hace dos siglos.

Los usos funcionarían de esta forma de una forma común: quien visitase San Sebastián, el Fuerte de la Cortadura o el de Puntales en Cádiz capital sabría que forman parte de un recorrido extenso que le llevaría momentos más tarde al puente Zuazo en San Fernando, o al Carenero y el Trocadero en Puerto Real, entre otras muchas fortificaciones. "Lo que en caso particular se podría visitar en apenas unas horas, ahora necesitaría un recorrido extenso en el tiempo", se apunta. Se ganaría así en una oferta cultural y turística mucho más potente para todas estas poblaciones y para las más cercanas que también sufrieron en sus términos municipal el paso de las tropas invasoras.

Tiene claro Barroso que la colaboración es esencial para este proyecto y reclama que se deje a un lado la visión individualista de la Bahía.

A la hora de sentarse para discutir sobre este novedoso proyecto, se plantea la posibilidad de que sea el Consorcio del Bicentenario el que asuma el papel de coordinador de este proceso. En este sentido, el propio Luis Pizarro, presidente del Consorcio, ya ha mostrado en diversas ocasiones el interés de este organismo por dar a conocer toda esta red de fortificaciones. Para ello se ha firmado un convenio con el Colegio de Arquitectos para la elaboración de una guía sobre estas construcciones.

A la hora de buscar financiación para ejecutar este proyecto: aunque hay fortificaciones en fase de recuperación (San Sebastián, Santa Catalina, Zuazo, Carenero...), otras están pendientes y necesitadas de fuertes inversiones económicas, Barroso plantea la posibilidad de utilizar los fondos del 1% Cultural que, por ley, se deben de aprovechar de las obras del segundo puente. Calcula el alcalde que se movería entre 3 y 4 millones de euros. Suficiente para empezar.

Tiene claro que los ayuntamientos no tienen capacidad para mantener y dar un uso adecuado a estas fortificaciones. Pone como ejemplo el Real Carenero del puente Zuazo, ubicado en el término municipal de Puerto Real y que actualmente está siendo rehabilitado por el Gobierno.

Es una obra espectacular, que descubre un paraje desconocido para la gran mayoría y que tiene un potencial ciudadano de gran calibre: cultural, por lo que supone de recuperar unas fortificaciones que fueron esenciales en la defensa de Cádiz durante el ataque francés; turístico, por lo que supone de atracción de visitantes interesados por la historia; y de ocio, por la posibilidad de instalar en tan amplio terreno equipamientos hosteleros y lúdicos que complementen la oferta.

Todo ello corresponde, según los convenios firmados en su día, sacarlo adelante al Ayuntamiento de Puerto Real. Pero poner en uso estos equipamientos tiene un coste que excede su capacidad económica. "Ahora, cuando nos lo entreguen, tendremos que poner un servicio de seguridad las veinticuatro horas al día, para evitar actos de vandalismo". Y eso cuesta.

A través de la sociedad, consorcio o ente que se propone crear entre todos los municipios de la Bahía, se dispondrían de recursos propios y otros aportados por otras administraciones (a través de subvenciones directas o programas culturales) que facilitarían el desarrollo de todos estos espacios culturales. No descarta incluso José Antonio Barroso la posibilidad de dejar la gestión en manos de una empresa privada especializada, "siempre bajo el control público".

En su encuentro con este periódico se lamenta Barroso de la oportunidad perdida que puede ser el Bicentenario para algo tan directamente relacionado con este periodo histórico como fueron las defensas contra el invasor francés. "Perder esta oportunidad sería un error más" y trasladaría al ciudadano la ausencia de una visión global de la Bahía por parte de sus gobernantes.

Destaca Barroso que esta idea ya la ha trasladado a algunos de las administraciones que deberían de implicarse en ella. Confía que el excepticismo inicial de algunos se convierta, finalmente, en la aceptación de un proyecto que beneficiará a todos.

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