Cádiz

La fiesta de los juanillos está que arde

  • La festividad de San Juan sigue estancada y, en líneas generales, las creaciones carecen de ingenio y de cuidada elaboración La política volvió a ser un tema recurrente

Se resisten a morir. Arden, pero renacen cada año. Pero no pasan por un buen momento. Escasea el ingenio y la elaboración es más bien cortita. En líneas generales, todo hay que decirlo. Hay algunos que están más 'currados'. La mayoría de los Juanillos 2016, pasada la fiebre Kichi del año pasado, no pasará a la historia por sus mensajes. El fuego los devoró entre las seis y media de la tarde y las once y media de la noche. Trece entidades participaron en lo que se supone que debe ser, como el Carnaval o los Tosantos, una sátira de lo acontecido en la ciudad en el último año.

Si en la explanada de Puntales la Asociación El Castillete creaba una calle con el nombre de José Payán Pavón, el gran 'Pillo', fallecido este año, en el mismo barrio, la asociación vecinal recordaba que el año pasado en el concurso de los juanillos sufría un cajonazo, metiendo fuego al jurado que decidió no concederle un premio.

La política municipal estuvo presente en el juanillo de la Asociación de Cargadores Sebastián Pérez, alzado en la plaza de la Catedral. Allí se quemó un paso sobre el que había un sillón (¿el de Salvochea?) con la mochila del Kichi. En la delantera del paso, un bastón de mando. Y de capataz, 'Romanín', el edil del PP que en la vida real es Ignacio Romaní, mandando a una cuadrilla a la voz de "José María, todos por igual a la derecha". En la plaza de Capuchinos, la Asociación de Vecinos Gades La Viña colocó a Spiderman deteniendo con sus telarañas a un caco. El superhéroe era candidato a las elecciones generales del domingo, en una surrealista idea de la entidad vecinal.

En el Paseo Fernando Quiñones, junto al baluarte de los Mártires, se concentraban cuatro juanillos. El popular 'Paquito de Mentidero' tiraba de nostalgia para representar a la Bruja Lola. Asimismo, la Federación de Peñas y Entidades Caleteras exponía un debate carnavalesco con una ninfa, un ninfo y una Diosa. Debajo, una urna para votar por ninfo o ninfa. También referente a la fiesta gaditana era el juanillo del Centro de Mayores La Caleta, donde un sevillano amenazaba con llevarse a su tierra el Museo del Carnaval ante la paralización del proyecto en Cádiz. Por su parte, la Asociación Mujeres de Acero optaba por reivindicar la situación de las personas sin hogar recordando, además, mediante fotografías del Olivillo, Tiempo Libre o Valcárcel, la cantidad de edificios vacíos existentes en la ciudad.

Antes del lanzamiento de los fuegos artificiales desde el castillo de San Sebastián también ardieron los juanillos del patio de La Tacita de Plata -que mandaba a la luna a los políticos en un cohete-, de la asociación de vecinos de Trille en la plaza Los Cantes de Cádiz, el de la asociación de vecinos El Carmen en la plaza de El Mentidero y los de la asociación de vecinos Murallas de San Carlos y el Bar Casa Tomás en La Negrita, ambos en la plaza de España.

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