Cádiz

Los chiringuitos abren por primera vez en el mes de diciembre

  • Tres restaurantes permanecen en las playas a la espera de poder quedarse durante todo el año

El verano se ha alargado hasta el mes de diciembre. Si el tiempo agradable que está teniendo la ciudad de Cádiz durante el presente otoño invita a pasear y hacer vida en la calle, la presencia de los chiringuitos en las playas gaditanas hacen que se esté dando una estampa inédita en el último mes del año.

Esta es la primera vez que los establecimientos hosteleros se mantienen sobre la arena durante la estación invernal. Esto se debe a la petición de adaptación de las concesiones para la apertura de los restaurantes playeros al actual Reglamento de Costas, que permite que mantengan su actividad durante todo el año.

Esta reclamación fue llevada por los empresarios al Ayuntamiento de Cádiz con la intención de que esta administración iniciara los trámites ante la Delegación Territorial de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía, que es la institución competente para dar su aprobación a los cambios en las concesiones.

En la Junta de Gobierno Local celebrada el pasado 6 de noviembre se aprobó el inicio de la tramitación del expediente ante Costas para ver si es posible que los chiringuitos se queden en las playas gaditanas.

El Consistorio ha permitido a los restaurantes que sigan con su actividad mientras que se resuelve todo el procedimiento burocrático. Tres son los establecimientos que se han mantenido en la arena: Potito, Potito Beach y Malibú. El resto de los bares playeros no han podido acogerse a la medida al haber sido desmontados antes de que se tomara.

El principal escollo se encuentra en el pliego de condiciones que rigió la adjudicación. En él, se señala que el periodo de apertura se establece entre el 1 de marzo y el 30 de noviembre en las playas de La Victoria y Santa María del Mar, mientras que en Cortadura es del 1 de mayo al 31 de octubre.

Sobre este aspecto se deberá realizar el estudio jurídico pertinente para determinar si se produce una modificación sustancial de las condiciones de los contratos para evitar las posibles reclamaciones que pudieran surgir.

Sin embargo, un asunto que defienden los hosteleros que han recibido esta concesión es que la larga duración de los contratos hace que, ante un cambio en la normativa que se realizó muy poco después de las adjudicaciones, no se puedan aprovechar las bondades del nuevo reglamento. Los contratos se firmaron por diez años con la posibilidad de poder alargarlos durante otros cuatro más. Ahora se va a cerrar la segunda temporada de compromiso, por lo que podrían pasar hasta 12 años más para poder participar en el próximo concurso, que sí debería incluir la posibilidad de abrir durante todo el año.

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