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Cádiz

La fachada del restaurante del siglo XVIII debe ser pintada en blanco

  • La Junta y el promotor no han llegado a un acuerdo sobre el resultado final en el edificio

La fachada del restaurante ambientado en el siglo XVIII que se está construyendo junto a la Catedral tiene que transformarse de nuevo. Concretamente, debe ser pintado en blanco acrílico, depurada de ornamentos y ceñirse al estilo neoclásico en que los técnicos de la Comisión Provincial de Patrimonio Histórico encuadran esta finca de Callejón de los Piratas, 1.

Así lo comunicaban a este medio los representantes de la promotora, que tras enterarse "por la prensa" del informe desfavorable que emitió este organismo, acudieron a Delegación de Cultura, en el conflictivo encuentro que tuvo lugar hace unos días en esta sede. De aquí salió la reunión celebrada el pasado jueves entre técnicos de una y otra parte. "Una reunión de consenso que duró cinco minutos y en la que nos comunicaron cómo debía quedar el edificio, sin intenciones de consenso", señalan Germán Garbarino y Constantino Rafael Fernández.

Cierto es que la obra ya había sido paralizada por el Ayuntamiento de Cádiz semanas antes por requerimiento de la Delegación Provincial de Cultura debido a la ejecución de la fachada con "decoraciones de cornisas y jambeados de huecos mediante esgrafiados decorativos que no venían recogidos en el proyecto aprobado objeto de la licencia y aprobado por las Comisiones Provincial y Municipal de Patrimonio". Se indicaba en este requerimiento que la finca se encuentra en entorno BIC y las modificaciones en cuanto a las terminaciones de la fachada deben ser aprobados por esta institución.

Los socios de la promotora reconocen que no actuaron acorde a los trámites oportunos porque desconocían qué singularidades originales de la fachada encontrarían al inicio de los trabajos. Rasgos de otros tiempos que pondrían en valor sin notificación a esta comisión, pero "conforme a la ley", insisten Germán Garbarino y Constantino Rafael Fernández. "Lo hicimos siempre con la buena intención y consultando la normativa en el PGOU para edificios con una protección arquitectónica de grado 3, así como la Ley de Patrimonio Histórico".

Los argumentos por los que emprendieron estas obras fueron recogidos en el informe realizado por el arquitecto del equipamiento hostelero, Gumersindo Fernández, y fue entregado con fecha de 10 de febrero, unos diez días antes de emitirse el dictamen desfavorable por Comisión de Patrimonio.

En este documento se manifiesta que "tras retirar la capa de mortero, aparecen huecos tapiados y una esquina donde las fábricas no están trabadas". También documentan que "tras las múltiples capas de pintura ha aparecido oculto el tratamiento original de las superficies, consistente en una decoración de una tonalidad roja de fondo de un color almagra que servía para resaltar los elementos arquitectónicos que articulaban los paramentos". Se consideró, por tanto, recuperar la policromía exterior original, "ya que es uno de los elementos que contribuyen a conferir una determinada fisonomía para su integración en el entorno". Y se plantea mediante la técnica del esgrafiado con el fin de resaltar los materiales arquitectónicos y como motivos decorativos.

Argumentos rechazados que llevan estos promotores a exigir los criterios por los que se ha concedido licencia de otras obras como "la construcción de una planta más en altura de madera en la cubierta del edificio de Plaza de la Catedral, 6; de la construcción de Entre Catedrales; de una piscina volada en el Hotel la Catedral; del edificio de la Casa del Plátano; el depósito de bloques de hormigón en la muralla de Cádiz o el Hotel Patagonia". De hecho, han solicitado a la Delegación Provincial de Cultura el expediente generado de estas actuaciones.

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