Para el periodista, encontrarse con Pepe González, el primer cámara y corresponsal de Televisión Española en Cádiz, es viajar a su propio pasado, cuando el entrevistado era una figura consagrada en el periodismo gaditano y el entrevistador velaba sus primeras armas, si se me permite esta trasnochada figura literaria, en la que entonces era única televisión del país. A sus 87 años, Pepe desafía el paso del tiempo, se mantiene igual de erguido con su estampa de bailarín espigado, de la misma forma que reta al impenitente frío que azota en estos días Cádiz.

-- Naciste poco antes de que empezara todo el lío.

-Yo nací en Cádiz, en la calle San Francisco, 33, en el año 27. Todavía con Alfonso XIII, claro, pero mis primeros recuerdos de niño son de la República. No te creas que recuerdo muchas cosas, pero sí de haber visto pasar un coro en una carroza, por la calle Sagasta. Iban todos de pierrot, pero la tercera parte vestidos de morado, otra parte de amarillo y otra de rojo, es decir, formando la bandera republicana. Antes de eso, la verdad, no me acuerdo de mucho.

--¿Ni de tus inicios en el colegio?

-De niño estuve en un colegio que se llamaba San Expedito, en la plaza Viudas. Antes de eso estuve en lo que entonces se llamaba miga, y ahora se llamaría guardería, en la calle Santa Inés, que llevaban tres hermanas. En aquel colegio nos sorprendió la guerra, y entonces eso fue el desastre.

--¿Qué recuerdos de la guerra tiene un niño?

-Algunos, sí, porque nosotros vivíamos al lado de la comisaría que estaba en la calle Virgili, donde estaba la Guardia de Asalto. Por allí había un señor en una azotea que tenía una ametralladora o un fusil, y se ponía a pegar tiros por la noche hacia la comisaría. Teníamos que tener puesto un colchón detrás de la ventana, porque teníamos miedo no nos fueran a pegar un tiro... Un desastre aquello.

--Resulta difícil imaginar cómo en tus tiempos en Cádiz decide uno dedicarse a informar para televisión.

-Bueno, yo formaba parte de los socios fundadores en Cádiz del Club Cine Mundo, una revista cinematográfica de los años 50. Yo me aficioné, me gustaba mucho el cine... entonces no había tantos medios de distracción como hoy, claro. El cine era la cosa que más gustaba a la gente. Yo trabajé de extra lo menos en 17 o 18 películas, aquí en Cádiz. En Las últimas banderas, La viudita naviera, Despedida de soltero, Nada menos que un arcángel, La niña de la Venta... un montón de películas. Pedían extras y me presentaba.

--¡Te viste en la pantalla de cine!

-Sí, en algunas; en Despedida de soltero hasta tuve un pequeño papel de voz. Salí de cochero en una escena. Ahí también hacía de recién casado Antonio Llave, que era secretario de Pemán. Y u día fue a mi casa y me dijo, oye que me han dicho que no te afeites, que vas a hacer mañana de cochero. Y yo aparecía delante del balneario de la Palma. Estaba Silvia Solar, que era la artista, Conrado San Martín, Matilde San Pedro, discutiendo que si se bajaban que si se subían, y entonces yo decía: "Bueno ¿vais a terminar o no?". Y en La viudita naviera hice de oficial de guardia en la calle Cristóbal Colón, en la Casa de las Cadenas, y muchas más.

-- Ahí ya sacabas un dinerito.

-Bueno sacaba... no, entonces pagaban muy poco. Yo tenía otro trabajo, claro. Yo estaba de empleado en la Industrial Bilbaína, una casa de efectos navales que había en Canalejas, de escribiente. Antes me había venido del Ejército, donde era cabo primero. Hice el curso de sargento y me salí. Mi madre había muerto, me había quedado solo, fui a un colegio interno, hasta que cumplí 19 y me dijeron que con 20 años no se podía estar allí. Así que le dije al responsable arrégleme usted los papeles, y me metí de voluntario en artillería. Entonces estaba yo estudiando para practicante, llegué a Camposoto y como allí no había más nadie, me pusieron a cargo del botiquín. Y allí estuve seis años hasta que me salí.

-Y mientras tú hacías tus cositas con la cámara...

-Sí, yo estaba, como te dije, en Amigos de Cine Mundo, y todos los años por Carnaval traíamos invitados a muchos artistas, como Miguel Ligero. En una de esas, vino un amigo mío, de aquí de Cádiz, que estaba en Madrid en Televisión, Magopi, Manuel Gómez Pizones. "Tú que eres tan aficionado al cine y eso, ¿por qué no me mandas algo para Madrid, para Televisión?", me dijo.

-Pero tú estuviste un buen tiempo en Madrid

-Sí, yo tenía la cámara, así que empecé a mandar cosas a Televisión. Ya después me fui a Madrid. Me iba el domingo por la noche en el exprés, estaba allí el lunes, hasta el viernes, haciendo colaboraciones, y me venía para acá el viernes por la noche. Estaba aquí el sábado y el domingo por la noche otra vez para Madrid ¿Que había cosas que hacer en Cádiz? Pues entonces me quedaba los días que hiciera falta, las hacía y las mandaba por correo o por donde fuera. Lo primero que mandé fue en el año 59, la salida del Elcano, y también hicimos el Trofeo Carranza de ese año.

-Siempre con Televisión Española.

-Sí, sí, no había otra cosa. La primera cadena y UHF, y además en Cádiz no se veía. Yo iba a los sitios diciendo que era para la televisión y me decían: "¡Anda hombre, de televisión...! Si la televisión no existe". Y yo que sí, hombre, que sí... y no me hacían caso. Hasta que gente de Cádiz que estaba en Madrid empezó a decir que veían cosas que habían pasado en Cádiz... y ya la gente empezó a creerse que sí, que lo que yo hacía era para televisión.

-Tú seguías manteniendo lo de la Industrial Bilbaína.

-Pues a última hora ya lo dejé, porque allí estaba yo ganando unas dos mil pesetas, y en una de las veces que fui a Madrid me dijeron, mira si tú quieres quedarte como corresponsal de Televisión puedes sacar fácilmente siete mil o siete mil quinientas...

-En Madrid, precisamente, tenía que ser un buen momento para vivir...

-Yo hacía información de todo tipo, al aeropuerto, a los teatros, a donde fuera. Nos ponían coches de servicio de Televisión, no tenía ni que conocer Madrid. En aquella época se estaba bien en Madrid, sí, hoy es horrible, allí no se puede estar. Yo me lo pasé bien... hasta que me tuve que venir directamente a Cádiz porque uno de mis hijos se puso bastante mal... y no podía quedarme allí, de verdad. Desde Cádiz metía todos los días en el Exprés, en el coche correo, las películas. Y así estuvimos hasta que se abrió el centro regional de TVE en Sevilla en el 71.

-En Madrid conociste mucha gente famosa, artistas...

-No, no te creas, en el trabajo a mí me mandaban a un sitio y a otro en coche, y luego volvíamos al Paseo de La Habana, que es donde estaba entonces la sede de TVE. Donde sí paraba yo mucho era en un bar que había cerca del Congreso, que era de uno de Cádiz, Paco Orcha, y que se llamaba El Sombrero Andaluz o algo así. Allí me encontraba con Pericón, una artista que le decían 'La Miss', que tuvo una sala de fiesta en Cádiz, flamencos de Cádiz a los que yo conocía, El Lolo, un montón de gente... allí hablábamos de cosas de la tierra durante la semana, cuando no tenía cosas que hacer. Por allí en la plaza Santa Ana estaba el Villa Rosa, donde yo entraba mucho porque había muchos flamencos, las calles Ventura de la Vega, Echegaray, que había muchos bares. Y Chicote, claro.

-Ya a esas alturas la gente en Cádiz se creería que estabas en televisión.

-Hombre, ya sí. El primer televisor que yo conocí en Cádiz estaba en el Colegio Médico, en la calle Benjumeda. Entonces yo hacía las noticias con otro compañero mío, José María Alberti, hasta que él se fue a Barcelona. Los dos estábamos en el Cine Mundo y hacíamos las cosas para Televisión. Íbamos al Colegio Médico a ver las noticias, el único sitio en el que podíamos ver las cosas que habíamos hecho.

-¿Qué fue lo primero tuyo que viste en televisión en Cádiz?

-Yo creo que fue algo del atún, en una almadraba de Barbate. Yo tenía un amigo de Barbate que era muy aficionado al cine, me llevó con su coche, y esa fue de las primeras cosas.

-¿Cómo se aprendía a hacer cine en el Cádiz de los años 50?

-Pues aprendí yo solo. Me gustaba mucho, me compré una cámara... y ya está.

-Entonces, una vez que la gente se lo creyó empezaste a ser 'Pepe el de la tele'.

-Claro, ya entonces te avisaban de todos los sitios. No con notas de prensa, entonces te mandaban los 'saludas'... porque claro, entonces todo el mundo quería salir en la tele...

-Y ahora también.

-Sí, ja, ja. Pero como no había nadie más casi en Andalucía... Luego empezó a haber más cámaras en Córdoba, en Sevilla. Yo me llevé muchos años como colaborador, y luego un tiempo como autónomo. Después ya se puso a gente en Algeciras, en Jerez, en Córdoba... pero yo he quemado varios coches con mi trabajo, porque yo iba a hacer el fútbol a Huelva cada quince días, hasta que pusieron a como corresponsal a Rodri, Pedro Rodríguez, que hoy es el alcalde de Huelva, algunas cosas en Córdoba, en Málaga. Allí estuve en las Cuevas de Nerja filmando al ballet de Antonio... Y la provincia entera me la recorrí miles de veces. No había otro.

-Todos empezasteis como aficionados.

-Sí, ya después nos dieron las cámaras Arri, nos llevaron a Madrid a hacer unos cursos para sonido, y luego vinieron las cámaras Beta de vídeo con otro curso, me reciclaron, las primeras Ikegami, que había que ir con un carro y unas cintas de 60 centímetros. Hasta que se fueron simplificando.

-Como 'Pepe el de la tele' ya conociste a mucha gente.

-Claro, conocía a todo el mundo y a todos los políticos. Yo no tenía visión política, tuve que llevarme bien con todos, desde José León de Carranza, y después Jerónimo Almagro, Beltrami, Carlos Díaz, Teófila, yo con todos me he llevado muy bien. A Teófila la conocía yo desde que era concejal en El Puerto de Santa María.

-Has sido pionero por fuerza.

-Claro, el primer Carnaval, bueno Fiestas Típicas Gaditanas, en televisión lo puse yo, la primera Semana Santa... bueno, es que yo era el único.

-Hablando de Carnaval, vaya momento aquel de la primera retransmisión en directo de la final del Concurso, que falló la señal y no se pudo retransmitir...

-¡Bueenooo! Me acuerdo de que a los dos días estuve dos horas que no me pude mover de una esquina de la calle Cánovas del Castillo con Columela, porque me paró un amigo para preguntarme qué había pasado y empezó a juntarse gente, a llamarnos sinvergüenzas... En cuanto me pude escapar me metí en mi casa y estuve dos días sin salir. Claro, yo era la imagen de Televisión Española en Cádiz, porque los de Sevilla vinieron y se marcharon.

-Y el fútbol y el supuesto maltrato al Cádiz por parte de Telesur...

-Eso era muy curioso, porque muchos me culpaban a mí de que al Cádiz le daban siempre menos tiempo que al Sevilla o al Betis aunque estuviera en Primera. Y había casos raros, como el de un señor que me la daba mortal todos los domingos en el Carranza con que me iba a partir la cámara y cosas así... y luego me saludaba muy educado cuando me veía con mi señora, "buenas tardes, buenas tardes". O en el bar en el que trabajaba, "buenas tardes, qué desean los señores"...

-Y ahora...

-¿Ahora? Fue dejar de trabajar, y alejarme de todo eso. No por nada, sino porque ahora casi no salgo por Cádiz. Hago mi vida en Puerta Tierra ...

-Y eso que a ti te ha gustado siempre mucho tu trabajo.

-Mucho, si no, no me hubiera metido en esto. Además, no había ninguno más que yo, y todo el mundo: "Pepe, Pepe, Pepe". Cuando me jubilé, yo podría haberme acercado a alguno de los medios en los que conocía a tanta gente, y haberme ofrecido a escribir algunas colaboraciones, porque estabas tú en el Diario, y tantos otros que me conocían, y sin embargo dije esto se acabó, y se acabó.

-Pero yo sé que a ti te ha gustado siempre escribir

-Siempre me ha gustado escribir de humor. Tengo incluso una novela hecha de humor, terminada y todo, pero la he dejado en mi casa, no la he publicado ni nada... No, es un lío.

-También te ha gustado mucho el mundo artístico.

-Bueno, sí, el flamenco. Cantar no he cantado ni en misa, pero bailar, bueno, como bailábamos así algunos en Cádiz... nada profesional.

-¿La tele la ves ahora?

-Ahora es lo que más hago por las tardes. Los informativos sobre todo, es una manía que tengo.