Las máquinas trabajan a un ritmo muy intenso en la rotonda de acceso a Cádiz, nada que ver con el desierto que había hace algo más de un mes cuando Dragados le echaba un pulso al Ministerio de Fomento.

La rotonda empieza a tomar forma y, sobre todo, altura. El impacto visual que iba a tener el proyecto original del Ministerio de Fomento con los socialistas en el poder con dos niveles tuvo una reacción airada por parte del Ayuntamiento de Cádiz y, en especial, por parte de la alcaldesa Teófila Martínez. En ese diseño había incluso taludes y los coches iban a ir prácticamente sobre la primera planta de los edificios colindantes.

Ahora se puede ver ya de manera incipiente el resultado que tendrá con los movimientos de tierra que se han producido. Lo que se puede ver de momento es que la rotonda tendrá también una altura considerable teniendo en cuenta que el segundo puente cruza la Bahía a muchos metros y la pendiente de entrada o salida del puente tampoco puede soportar demasiados grados de inclinación. Sin embargo, junto a los edificios que dan comienzo a la Paz se puede ver que hay varios metros de altura por encima de la vía actual y se observa una especie de talud que da una imagen aproximada de lo que va a ser la futura rotonda.

Otra de las cosas que llama la atención es su diámetro que casi llega al centro comercial de El Corte Inglés.

Se da la circunstancia de que finalmente el proyecto no ha quedado sólo en una rotonda sino que se refuerza la llegada a la ciudad con una segunda que irá destinada en exclusiva al uso de transporte público urbano e interurbano. Esa será la conexión directa que llevará a los dos carriles que iban a ser destinados al tranvía pero que de momento va a ser carril bus en tanto y en cuanto que la Junta no ponga en marcha el transporte ferroviario.

Para realizar las obras de la rotonda se ha tenido que cortar buena parte de la avenida Huelva y la avenida Príncipes de Asturias, lo que ha provocado que muchos comerciantes se hayan quejado por los perjuicios que les ha causado el retraso que ha sufrido la obra por las reclamaciones de Dragados.