Una vez que el Ministerio de Fomento y Dragados parecen haber zanjado definitivamente sus diferencias económicas por las modificaciones del proyecto del segundo puente, la actividad ha regresado a los tajos. Ya se puede ver como una barcaza realizaba pruebas para la colocación de una nueva dovela en la pila 11. El tramo atirantado ya descansa sobre la misma y ahora encara, en esta zona, su último avance, puesto que las pilas 9 y 10 quedarán unidas con el tramo desmontable que descansa en Puerto Real a la espera de ser colocado próximamente.

Antes de la ralentización de los trabajos, la alcaldesa aseguró que para noviembre se quería tener terminado el tramo atirantado. Teniendo en cuenta que se han perdido algunas semanas, podría retrasarse hasta principios de año, siempre que la meteorología acompañe.

Actualmente, en una factoría de Dos Hermanas, se están construyendo las defensas Duque de Alba que protegerán a los pilares en el mar y que han sido recientemente adjudicados por Fomento. Mientras tanto operarios de Tecade siguen ensamblando las pocas dovelas que faltan para completar el tramo atirantado. Al menos en su parte central estaríamos hablando de unas seis dovelas para que el viaducto se viera ya en todo su esplendor, aunque todavía queda mucho trabajo por delante, sobre todo en el tramo de los pilares de la orilla puertorrealeña, donde hay que colocar un carro de hormigonado para ir avanzando y completando los voladizos de la estructura de hormigón que se construye desde hace meses y que enlazará con el nudo del Río San Pedro. En estos tajos, donde también se dejó de trabajar en el mes de agosto, también se va recuperando paulatinamente la actividad, al igual que en la llegada del tablero a Cádiz. En la rotonda de El Corte Inglés había bastante actividad en la mañana del viernes. Un buen síntoma.