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Cádiz

El usuario, el principal afectado ante la subida de la demanda por la crisis

  • Dos personas cuentan la historia que les ha llevado a acudir a Asuntos Sociales a pedir ayuda

Cuando una persona decide acudir a los servicios sociales lo hace desesperado por la búsqueda de soluciones. La crisis ha provocado un aumento en la demanda de usuarios, lo que ha hecho que la atención que necesitan sea cada vez mayor. Por ello, cualquier cambio, ya sea de personal o de presupuesto, afecta directamente a quien menos tiene.

Dos historias de diversa índole sirven para tener una aproximación sobre el estado de los Asuntos Sociales, a los que acuden buscando una salida. Un hombre y una mujer, dos rostros distintos de una realidad muy amplia.

El de ella es otro relato de una lacra que tiene este país, como es el de la violencia machista. Con el temor de poder volver encontrarse algún día con su expareja, cuenta su vida al calor de un café mañanero. Con cuatro hijos, ha rehecho su vida tras unos 13 años de relación, aunque su anulación como persona le ha privado de tener un trabajo e independencia económica. "Empezó primero con la violencia psicológica y la física fue al final. Cuando te das cuenta de que la cosa va mal, intentas justificarlo todo porque te parece alucinante que una persona se vuelva así con la gente que quiere", cuenta.

Finalmente, se dio cuenta de lo que estaba pasando a partir de varios hechos. "Un día llegó a amenazarme de muerte con un cristal en el cuello delante de los niños. Tuve que pedir ayuda porque estaba machacada física y psicológicamente", comenta.

A partir de ahí, los servicios sociales comenzaron a tratar su caso. Ella se muestra contenta por el trabajo que realizan, ya que "me ofrecieron apoyo psicológico y están pendientes de los niños en el tema escolar. Son un apoyo para que la familia funcione".

Sin embargo, vive de lleno los problemas de la saturación del servicio, reflejado principalmente en las prestaciones que recibe. "Las ayudas económicas se han ido atrasando. A mí me han llegado a deber seis meses de ayuda para el alquiler, del que me pagan una tercera parte. Ahora, todavía me deben cuatro meses", explica.

A esto, suma otra prestación de 359 euros mensuales durante mayo, junio y julio para necesidades básicas. Sin embargo, solo ha cobrado el primer mes debido al retraso en la tramitación de la justificación de las compras, por lo que ha puesto una reclamación.

Con todo, de su relación con Asuntos Sociales señala que "están desbordados. Hay más gente que nunca pidiendo y estamos cada vez peor. Si esto funciona mal, va a explotar por algún lado".

La segunda historia es la de Diego, que prefiere guardarse su apellido por el miedo a perder las ayudas. Albañil de profesión, ha superado los 50 años y lleva cinco sin trabajar. Vive con su mujer y dos de sus hijos, aunque en casa son cinco bocas para comer al acudir otra de sus hijas regularmente a su domicilio. Sin ninguna prestación, el único sustento que tiene son los 400 euros que cobra una de sus hijas al trabajar de cocinera a media jornada.

Su historia es la de otros tantos trabajadores del sector de la construcción. El ladrillo se vino abajo y, con él, muchos empleados se fueron a la calle. "Ya no salen ni chapuces. Al haber tenido nóminas altas, me quedó un paro muy bueno. Los primeros dos o tres años te salía una cocina, un suelo o un cuarto de baño, pero ya no" , relata.

Con el peso de la hipoteca encima, de la que debe tres meses, se mantiene con la aportación de su hija, los alimentos que recoge en la Fundación Dora Reyes y las prestaciones que recibe de Asuntos Sociales. En este aspecto, tiene una ayuda anual para el pago de la luz y el agua, así como otra por seis meses para el pago del 75% de la hipoteca.

Con esta última prestación es con la que está teniendo problemas, ya que fue aprobada el pasado 8 de agosto para cubrir desde julio hasta diciembre. Sin embargo, todavía no ha cobrado la primera mensualidad. "Ahora tendrán que pagarme tres meses, pero seguramente me pagarán un mes cuando yo ya deba cinco y esté metido en ejecutiva", afirma.

De su experiencia en Asuntos Sociales, indica que "he notado que cuando vas a pedir cita están desbordados. A mí me han tratado bien, pero es verdad que vamos un poco más acelerados que antes cuando estoy con la asistenta ".

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