Patrimonio | el proceso de recuperación de un edificio religioso

El convento y la iglesia de Santa María logran salvarse con las últimas obras

  • El arreglo de las cubiertas de parte del monasterio y del templo ha frenado el deterioro del conjunto

Estaba todo perdido. Prácticamente abocado a la ruina, o peor aún, a un derrumbamiento de consecuencias desastrosas para el patrimonio gaditano. Pero la situación ha dado un giro de 180 grados y hoy en día puede decirse que el convento y la iglesia de Santa María están salvados. Las últimas obras que se han ido realizando en este conjunto religioso han logrado por el momento asegurar las partes más importantes de estos edificios y, lo más importante, evitar que prosiga su deterioro como hasta ahora se venía produciendo.

La última de las intervenciones es la que se ha realizado en el interior del templo. Allí se ha actuado fundamentalmente en el suelo, en la capilla de Santa Beatriz, en el crucero y en la bóveda, protegiendo con plásticos adecuados el resto de altares y naves de la iglesia y de la capilla del Nazareno. La Asociación de Amigos del Monasterio de Santa María -que está siendo vital en este proceso de consolidación y recuperación del convento- y la propia comunidad religiosa de concepcionistas han costeado estas obras, que han estado dirigidas por los arquitectos de esta asociación.

El suelo de la iglesia presentaba un aspecto bastante deteriorado, con muchas losas rotas y con diferentes desniveles y hundimientos en algunas zonas. Para ello, se ha procedido a levantar los tramos afectados y a sustituir las losas dañadas por otras que estaban en algunas de las estancias del convento. La reposición se ha realizado con el mismo material que tenía, "porque cuando las cosas funcionan durante cuatrocientos años y no hay nada mejor, hay que hacerlo como entonces", comenta Alfonso, uno de los arquitectos de la asociación que ha dirigido las obras, y que explica que se ha utilizado mortero de cal con un poco de arena. Una vez sustituido el suelo, se ha abrillantado la totalidad de la iglesia, en una operación costeada a medias por la asociación y por la cofradía del Nazareno.

En la capilla de Santa Beatriz ha habido que sustituir el revestimiento arco de acceso y el de la cúpula, que estaban bastante afectados por filtraciones que se estaban produciendo. Y en el crucero también se ha resanado y pintado de nuevo, utilizando mortero de cal, la parte alta de los paramentos.

La rehabilitación de la cúpula central ha sido el trabajo más importante de los desarrollados en Santa María. Por medio de una canasta elevadora (también llamada pío-pío popularmente) se han realizado estos trabajos de resanado y pintado, ya que la instalación de andamios disparataba el precio de la obra. Uno de los problemas detectados en la cúpula era que al estar cerrados los dos ventanales, se condensaba en la parte alta toda la humedad, vapores o el humo de las velas, lo cual era contraproducente. Por ello, se han instalado unas nuevas ventanas que permiten el paso del aire pero no el del agua, mejorando así la ventilación del templo.

Todo ello ha tenido un coste de 21.780 euros (alrededor de 7.000 euros por cuenta de la asociación y otros 14.000 por parte de las concepcionistas), más 2.000 euros del abrillantado del suelo.

A estos trabajos se unen los realizados anteriormente, entre los que destacan la actuación en el exterior, impermeabilizando todas las bóvedas y techos y resanando la fachada (que estaba advertida de varios requerimientos municipales de ornato y seguridad), que supuso unos 50.000 euros; o el apuntalamiento y acondicionamiento de las estancias y zonas que peor estado de conservación presentaban en el monasterio.

"Parece que así está salvado el conjunto. Se ha conseguido frenar el deterioro, que era lo más urgente", explica uno de los arquitectos de la asociación.

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