Cádiz

"Queremos abrir lo máximo posible las puertas de la Catedral a la ciudad"

  • Dar un mayor uso al primer templo diocesano es uno de los objetivos principales del 'nuevo' Cabildo, del que Domínguez Leonsegui destaca que está trabajando "de manera ejemplar" para "los medios que tiene"

Es uno de los principales pilares en los que se basa la gestión de la Iglesia diocesana. Un hombre todoterreno, experto en Derecho y que se ha hecho como persona y como sacerdote en la diócesis y la ciudad que lo vio nacer. La mano derecha en la recta final del obispo Antonio Ceballos. Uno de los pocos cargos de confianza del obispo Rafael Zornoza que se ha mantenido. Tras abandonar hace dos años la parroquia de Santa Cruz, de la que fue titular desde 1998, para dedicarse casi por completo a la Vicaría General, Guillermo Domínguez Leonsegui (Cádiz, 1960) deberá ahora compatibilizar esta misión con la de deán de la Catedral de Cádiz, cargo para el que fue elegido el pasado mes de julio. Él encabeza lo que está llamado a ser una nueva era de este órgano de la Iglesia, aportando nuevas ideas y con nuevos métodos de trabajo. Días antes de que el Cabildo inicie el curso, Domínguez Leonsegui expone su visión, sus sensaciones y sus objetivos para los próximos cinco años.

-¿Ha tenido ya tiempo de hacerse a esta nueva responsabilidad?

-El obispo confirmó la elección creo que el 11 de julio. Y durante agosto es tiempo más bien vacacional, aunque ya he atendido algunos asuntos de trámite. Así que hasta el próximo 4 de septiembre no presidiré la primera reunión del Cabildo. Se puede decir que ese será el comienzo oficial de mi función. No obstante, también es verdad que como uno está dentro desde hace muchos años, no tiene que ponerse al día. Prácticamente conoce todo lo que hay pendiente y en trámite. No es como cuando uno aterriza en un sitio por primera vez... Más o menos soy de la casa.

-Para un gaditano como usted, ¿qué supone ser deán de la Catedral?

-Un honor y una responsabilidad. Para un gaditano y un sacerdote de la diócesis, tener esta responsabilidad, compartida con el Cabildo pero como representante de esta institución, supone intentar cuidar el templo principal de la diócesis y procurar que sea un ejemplo para las demás parroquias. Es como solemos decir la parroquia del obispo y tenemos que procurar que sea un modelo en su liturgia, en cuidar el patrimonio, en la atención a los fieles... Todo lo que supone atender a una feligresía, pero una feligresía un tanto sui generis

-El cargo de deán lo compaginará con la Vicaría General. ¿Cree que en algún momento puede llegar a ser incompatible? ¿Que el Cabildo puede perder esa independencia de la que siempre presume?

-No tiene por qué. Son dos oficios perfectamente compatibles. De hecho, en nuestra diócesis ha ocurrido en varias ocasiones y actualmente conozco a muchos vicarios que también son deanes. No tiene por qué presentarse conflictos. Y si alguna vez hubiera alguna cuestión que resolver creo que con sentido común y sentido de Iglesia no será difícil encontrar una solución.

-¿En qué momento se encuentra el Cabildo Catedral? ¿Cuál diría que es su estado de salud?

-Ahora estamos trece canónigos en activo, cada cual procurando cumplir con su oficio lo mejor posible. En honor a la verdad, hay que reconocer que se nota. Siempre se pueden hacer más cosas, evidentemente, pero hay que tener en cuenta que hoy día los canónigos no tienen dedicación exclusiva como antiguamente, sino que tienen que compartir su tarea con otras funciones: en el Obispado, en sus parroquias, en el seminario... Aún así, prácticamente se atiende todo. Creo que el Cabildo de Cádiz para los medios que tiene está trabajando de manera ejemplar.

-Háblenos de ideas o proyectos para el futuro próximo.

-El Cabildo no ha cambiado. Ha cambiado el deán y por lo tanto las ideas prácticamente son las mismas. Sí puedo decir que a mí me gustaría que el culto en la Catedral tuviera más frecuencia. Y en este sentido, aparte de las actividades propias del Cabildo y del obispo, estamos dispuestos a acoger en la Catedral a todos los grupos, asociaciones, cofradías... que con cualquier motivo, siempre que sea de cierta relevancia, quieran celebrar en la Catedral. Que sepan que el Cabildo estará absolutamente dispuesto a ofrecer la iglesia madre para que pueda ser el lugar idóneo. Queremos abrir las puertas lo más posible a la diócesis y a la ciudad.

Y después también teniendo en cuenta -eso ya incluso desde Roma se dan algunas indicaciones- que en las ciudades donde hay una catedral siempre es el monumento más visitado, por cristianos y no cristianos, creyentes y no creyentes, hay que potenciar también el valor evangelizador del arte cristiano. Y aquí hay muy buenas posibilidades...

-De obras de momento poco, o nada, ¿no? ¿Cree que la Catedral de Cádiz está de alguna forma menospreciada por las administraciones, porque entre otras cosas siguen sin aprobar ese Plan Director?

-No creo yo que esté menospreciada. Lo que ocurre es que, bueno, la situación económica actual ya la conocemos. Pero hay que reconocer la labor que estos años ha hecho el anterior deán, Enrique Arroyo, y ahí se puede ver la cantidad de obras que se han hecho, algunas de ellas de gran envergadura. Siempre quedan cosas, pero se ha hecho mucho. Y el Plan de Catedrales del Gobierno de la nación está funcionando, lo que ocurre es que los presupuestos hay que administrarlos debidamente. Y también hay que recordar que nosotros conseguimos incluir en ese Plan de Catedrales a la Catedral Vieja, y tenemos además la de Ceuta. Es la única diócesis que se presenta en Madrid con tres catedrales a su cargo. Y se han hecho cosas en las tres.

-¿Qué opina el deán del uso constante de la plaza de la Catedral y de la escalinata del primer templo para todo tipo de actividades culturales y de ocio que se celebran en la ciudad?

-Yo distingo. Hay actividades que me parecen perfectamente compatibles. De hecho, yo diría que la mayor parte de las plazas de las catedrales de Europa suelen ser utilizadas para actividades culturales de categoría, porque es un marco incomparable. Pero hay otro tipo de actividades que me parecen menos apropiadas. Si lo que se ofrece es de calidad, no hay nada que objetar. Después está la discusión y hay que precisar: el Cabildo no es el propietario de la plaza, eso es el Ayuntamiento quien autoriza. Normalmente nos lo suelen comunicar previamente por cortesía, por si hay alguna actividad prevista en la Catedral que pudiera verse afectada, pero no nos pide permiso. El Ayuntamiento es el que decide.

-Hablemos ahora del interior. La Catedral parece que tiene cierto desapego en la sociedad gaditana; la gente no acude allí a oír misa y mucho menos entra de forma asidua a rezar. ¿A qué se debe esto? ¿Es un problema reversible o solucionable?

-Según cuentan los canónigos mayores, al pueblo de Cádiz le cuesta ir a la Catedral si no es en las grandes ocasiones. El Cabildo ha intentado ofrecer la misa diaria y en diferentes horarios para adecuarse a una mayor afluencia de fieles, pero no lo hemos conseguido. Parece que esto no es nuevo. Ahora bien, sí quiero decir que la Catedral está abierta todos los días, mañana y tarde; y para todos los naturales o residentes de la diócesis la entrada es gratuita. Los turistas sí tienen que pagar, es normal porque entre otras cosas con eso se cubren los gastos de mantenimiento y de personal, pero los fieles de la diócesis pueden visitar la Catedral de manera normal y sin pagar nada. Pero sí tiene razón, es verdad que les cuesta acudir si no es para un acontecimiento especial.

-El Cabildo es un órgano autosuficiente, principalmente por los beneficios que aporta el museo catedralicio. ¿Puede ser de alguna forma un modelo a seguir para una mayor autofinanciación de los templos?

-La Catedral es un edificio singular por su historia, por su arte, por su patrimonio. Con las visitas turísticas cubrimos gastos y restauramos pequeñas piezas; pero restaurar el templo, por ejemplo, sería imposible. Después hay algunas parroquias, por ejemplo Santa María la Mayor de Medina, que después de la Catedral puede ser la iglesia más artística y más histórica, que también tienen un régimen de visitas. Pero traspasar el modelo a otras parroquias sería complicado, porque no tienen el tirón de la Catedral.

-Un deseo para el próximo lustro...

-Mi deseo sería que la Catedral de Cádiz fuese un foco de evangelización, donde se pudieran celebrar los cultos con verdadera dignidad y de forma ejemplar para la diócesis. Pero sobre todo, desearía que la Catedral fuese entendida por los fieles gaditanos como la casa de todos y que se encuentren a gusto cada vez que vayan y que puedan encontrarse acogidos y atendidos lo mejor posible.

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