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Andalucía

Condenado a 50 años por matar a sus dos hermanos por una herencia

  • El hombre contrató a un vecino para que cometiera el crimen a cambio de 180.000 euros

Un hombre ha sido condenado a una pena de 50 años de prisión por el asesinato en el municipio malagueño de Villanueva del Trabuco de sus dos hermanos mayores para que él pudiera poder cobrar una herencia familiar.

Según la sentencia, otro vecino del municipio ha sido condenado a 44 años de prisión ya que fue el autor material del crimen después de que el primero lo contratara para llevar a cabo el asesinato.

La sentencia considera probado que el hermano de los asesinados ha incurrido en la circunstancia agravante de parentesco y obliga a los condenados a indemnizar a la familia de la víctima con 196.000 euros

Los hechos se remontan a agosto de 2007 cuando J.C.P. propuso a otro vecino de Villanueva del Trabuco, M.A.G.A., que matase a sus dos hermanos a cambio de un dinero que oscilaría entre 48.000 y 180.000 euros.

En el relato de los hechos se añade que el primero de los acusados, de profesión agricultor, sabía que si fallecían sus dos hermanos recibiría "una importante cantidad de dinero", ya que obtendría las propiedades que el padre había dejado a los tres hermanos, así como la cuantía estipulada en el seguro de vida de los mismos. El 29 de febrero de 2008, M.A.G.A. robó a un cazador una escopeta cuando éste se bajó de su vehículo y lo dejó sin cerrar. El 2 de marzo de 2008, sobre las 10:00, J.C.P. acompañó al otro al lugar exacto donde se encontrarían sus hermanos horas más tarde para poder ejecutar lo pactado.

Sobre las 13:00 del mismo día, M.A.G.A. se dirigió a una finca de olivar conocida como Rajaestacas, donde estaban comiendo los dos hermanos, ambos agricultores.

El procesado se acercó a unos tres metros de sus víctimas y les disparó con la escopeta. A uno le alcanzó en la cabeza y en el brazo derecho y al otro en el tórax, la cabeza y el abdomen.

Consumado el crimen, el autor material guardó el arma y se dirigió a un paraje de la localidad granadina de Villanueva de Mesías, donde sumergió el arma en un riachuelo y luego la cubrió también con varios troncos de madera, para finalmente comunicar a J.C.P.: "El trabajo está hecho".

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