Al final fue un error de comunicación y de coordinación entre el Ayuntamiento de Málaga y la Asociación de la Memoria Histórica de la provincia lo que motivó que se construyera un parque canino sobre la mayor fosa de fusilados durante la Guerra Civil en el antiguo cementerio malagueño de San Rafael. Pero la Gerencia Municipal de Urbanismo ya tomó cartas en el asunto y ayer cerró cautelarmente la parte del recinto que invade las 21 fosas, ya sin restos, para acotarlas como el resto.

El error se debió, según el edil de Urbanismo, Francisco Pomares, a que los técnicos municipales diseñaron el proyecto según los datos de las fosas que aparecían en esa memoria que la propia asociación les entregó en febrero de 2014. Sin embargo, el documento no incluía la planimetría específica en la que se incluían las coordenadas de las 21 fosas localizadas en ese punto y del que se exhumaron los restos de casi mil personas.

Sin embargo, el presidente de la Asociación de la Memoria Histórica, José Sánchez, insistió en que "tanto la memoria como la planimetría adjunta se entregó completa en el Ayuntamiento" y desconoce las razones de por qué no llegó hasta el arquitecto encargado del proyecto, Luis Felipe González, que fue tajante al señalar que "no hubo error en el proyecto y que se hizo con la mejor voluntad".

Aún así, Sánchez recalcó que todo se ha debido a "un cúmulo de errores que ha hecho que esto se desmadre", pero destacó que "ya está solucionado y que se evitará a partir de ahora porque vamos a estar más pendientes en el futuro".

Ayer se clausuró la parte del antiguo cementerio de San Rafael que invade las fosas y durante el día de hoy y mañana se cambiará el vallado y el camino para respetar la zona.