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Andalucía

Piden 109 años para el etarra que atacó la casa cuartel de Torremolinos

  • Narváez Goñi, junto a Urrusolo Sistiaga, puso un coche bomba en 1991, cuya explosión causó heridas a cuatro mujeres

La Audiencia Nacional juzga este miércoles al etarra Juan Jesús Narváez Goñi por un atentado en 1991 con coche bomba contra la Casa Cuartel de la Guardia Civil en Torremolinos, en el que resultaron heridas cuatro mujeres, por el que se enfrenta a una petición del fiscal de 109 años y cuatro meses de cárcel. Narváez Goñi, Pajas, fue entregado a España desde México en 2014 junto a su pareja Itziar Alberdi, con la que estuvo viviendo 22 años en la clandestinidad en Puerto Vallarta con sus dos hijos y junto a la que fue juzgado esta semana por el asesinato de dos agentes de los Tedax con un paquete bomba, en Madrid en 1991.

En este nuevo juicio, que se celebrará en la sede de la Audiencia Nacional, la Fiscalía acusa a Pajas de planificar este atentado con coche bomba junto a José Luis Urrusolo Sistiaga (ya condenado por estos hechos), "con la manifiesta intención de causar la muerte del mayor número posible de guardias" que ocupaban la casa cuartel de Torremolinos, así como "de sus familiares". Para perpetrar la masacre, Narváez Goñi, ya condenado a 60 años de cárcel por el asesinato de dos policías en diciembre de 1991, adquirió un Renault 5 a un particular, al que sustituyeron las placas de matrícula por una doblada a un vehículo italiano y le colocaron una carga explosiva de 40 kilos de amonal, "capaz no solo de causar daños en el edificio de la fuerza policial sino de matar a sus moradores".

El acusado y Urrusolo Sistiaga dejaron después aparcado el coche bomba en la intersección de la calle Periodistas Antonio Sáenz con Río Trueba, que da a dos fachadas del casa cuartel de Torremolinos, "todo ello siguiendo las anotaciones y croquis que previamente había realizado Urrusolo".

El vehículo explotó a las 22.35 del 16 de abril de 1991, hiriendo a cuatro mujeres y causando daños en edificios y automóviles colindantes. La Fiscalía pide para él 23 años y cuatro meses de cárcel por cuatro delitos de asesinato frustrado, diez años por el de estragos y seis años de prisión y multa de 1.200 euros por el delito de falsificación de placas de matrícula.

El 19 de marzo de 1992 la Policía encontró en Barcelona una furgoneta que había sido abandonada momentos antes por Urrusolo. Entre los objetos hallados en el vehículo, había un croquis del cuartel de Torremolinos.

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