Andalucía

La Policía investiga el intento de secuestro de una niña en Isla Chica

  • Se busca a un hombre canoso y treintañero, de ojos claros, delgado y atlético. Según la denuncia de los padres, la convenció para que le diera la mano y lo acompañara sin levantar sospechas.

La Policía Nacional de Huelva está investigando el intento de secuestro de una menor que se produjo el pasado lunes por la tarde en la barriada de Isla Chica. Así lo confirmaron ayer a Huelva Información fuentes de la Subdelegación del Gobierno, quienes indicaron que por el momento no se ha producido ninguna detención.

Las pesquisas, impulsadas por el Servicio de Atención a la Familia (SAF/ UDEV) del Cuerpo Nacional de Policía, tienen su origen en la denuncia que los padres de la niña presentaron en la noche del pasado lunes en la comisaría del Paseo de Las Palmeras, como adelantó la periodista Elena Oliveros en Huelva TV.

La madre de la pequeña, que prefiere mantener su identidad en el anonimato, indicó ayer a este periódico que su hija sólo tiene seis años y que, como es habitual en las tardes de verano, ambas acudieron el lunes a la plazoleta enclavada en la calle Jabugo de Isla Chica, junto a la iglesia del Rocío, para que la cría jugara con sus amiguitos.

Llegaron en torno a las 19:30 y se incorporó al grupo de niños que se divertía en el parque infantil vallado. Su madre, junto con otras amigas, la vigilaba a unos metros desde los bancos de la plaza. En un momento determinado, los chiquillos decidieron salir del vallado del parque y jugar a la pelota. "Llegamos incluso a llamarles la atención para que no se alejaran mucho", manifiesta la mujer.

El nutrido grupo de menores (había seis como mínimo, de entre dos y seis años) continuó con el juego, hasta que "la pelota se les coló por el agujero que da a un garaje". Este aparcamiento aledaño tiene un valla de acceso y una rampa que desemboca en la puerta del parking, hasta donde se deslizó el balón.

En ese momento de confusión en el que los críos se acercaron a la puerta externa del garaje, "dice mi hija que se les acercó un hombre que ya llevaba tiempo observándola" desde la valla perimetral del área de juegos infantiles. Este individuo entabló conversación con los niños, preguntándoles que a qué estaban jugando, "que qué les había pasado, que si se les había caído la pelota". Los menores le respondieron afirmativamente y él les propuso "que se fueran todos con él, que tiene un amigo en la calle Mástil que tiene la llave de la cancela y que les iba a devolver el balón", narra la madre por boca de su hija.

En aquel instante, cuando los chiquillos ya estaban convencidos para acompañarlo, él tomó la decisión final y eligió: "No hace falta que vengáis todos, con que venga la del vestido azul...". Y la niña de seis años le dio la mano y se dispuso a cruzar la carretera.

Los dos pusieron rumbo a la referida calle Mástil, una vía peatonal que está en la otra orilla de la calle Jabugo. Entonces fue cuando su madre se percató de lo que ocurría. "La niña de mi amiga, que también estaba en el grupo, se acercó hasta el banco donde estábamos y nos dijo que mi hija se había ido con un hombre".

Fue clave este aviso para que no llegaran a perder de vista a la menor. Saltaron todas las alarmas y, entre los gritos y la confusión, "una de mis amigas, a la que le estoy muy agradecida, salió corriendo detrás de la niña y se tiró a la carretera sin importarle que la atropellara un coche; entonces mi hija se soltó de la mano y el secuestrador apresuró el paso, sin llegar a correr siquiera. Mi amiga lo vio esconderse en un portal de la calle Mástil", explica la denunciante.

La primera reacción de la mujer fue quedarse paralizada y gritar a pleno pulmón el nombre de la cría. "Luego, cuando ya la tuve entre mis brazos, fue todo una vorágine y en cuestión de segundos le reñí a mi niña por haberse ido con un desconocido, lloré, llamé a la Policía y me dio un ataque de histeria", narra a este diario. Como el presunto secuestrador "no volvió la cara, no pudimos verlo". Pero la denunciante y muchos de los testigos -el parque estaba atestado de gente- sí se percataron de que era "un hombre delgado y atlético, de poco más de 30 años, canoso y que vestía una blusa de cuadros pequeños de colores y un pantalón pirata vaquero de color celeste".

La víctima le ha detallado a la Policía, además, que "tenía los ojos pequeños y claros, no sabe si azules o verdes, que no tenía arrugas en la cara y que tampoco llevaba bigote, barba o gafas", precisa la madre.

Hasta el lugar de los hechos se trasladaron varias unidades de la Policía Nacional, que rastrearon la zona en busca del hombre descrito. La víctima fue introducida en un vehículo con cristales tintados en el que los investigadores la condujeron hasta la calle Mástil. Allí habían localizado a un hombre que podía responder a las características del anterior. Lo hicieron bajar de su casa para que la chiquilla pudiera verle el rostro, "pero mi hija descartó que fuera él", por lo que quedó en libertad de inmediato.

La madre de la menor manifiesta que al hombre más buscado de Huelva en estos momentos "nuca lo habíamos visto por aquí". "Parece que se lo haya tragado la tierra", por lo que pide a la Policía -desesperada y entre sollozos- "que nunca se canse de buscar a este individuo, que lo que hoy ha sido un intento de secuestro mañana puede ser real". En paralelo, pide a la ciudadanía "que si alguien ha visto algo, que lo diga, porque otro día puede tocarle a otro niño".

Por el momento las indagaciones se presentan difíciles por la inconcreción de los rasgos del presunto captor aportados por los testigos, aunque la familia de la víctima está a la espera de que sea llamada "para que vea fotos de gente en comisaría, por si lo reconoce".

Esta tentativa de rapto, la segunda en nuestra provincia en apenas cinco días -el pasado jueves una familia denunciaba el intento de secuestro de otra menor de 12 años en la Ronda Norte de Isla Cristina- mantiene en vilo a miles de padres onubenses, que esperan ansiosos que las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado den una respuesta a la situación de alarma que están viviendo.

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