El rey Felipe se ha volcado especialmente con Andalucía esta semana en dos acciones que tienen una especial significación y relevancia. El viernes asistió en Sevilla a la VI Asamblea del Instituto Internacional San Telmo, una de las organizaciones fundamentales para entender la historia de Andalucía de los últimos 30 años. Desde que en 1982 realizó su primer programa de alta dirección, casi 10.000 empresarios y directivos de instituciones privadas y públicas, incluidos muchos responsables de la Junta de Andalucía, han realizado un programa de formación o perfeccionamiento en San Telmo.

La foto de esta semana del rey Felipe en el Palacio de Congresos de Sevilla (Fibes) ante 3.500 directivos es especialmente significativa tanto para trasladar al resto de España la existencia de esta comunidad altamente preparada como para que Andalucía tome conciencia de este hecho, muchas veces olvidado.

Y apenas 24 horas después, el monarca tenía previsto viajar ayer mismo a Arabia Saudí, el primer viaje tras la conformación del Gobierno central, para, entre otras cosas, firmar por fin el acuerdo por el que la Armada real saudí encarga a la empresa pública Navantia antiguos Astilleros Españoles la construcción de cinco corbetas Avante 2200. Este contrato, cuyo montante puede ascender a casi 3.000 millones de euros, será el mayor de la historia de Navantia y asegurará carga de trabajo durante varios años para 10.000 empleos entre directos, indirectos e inducidos, en las plantas de Cádiz, San Fernando y Ferrol.

El contrato fue adjudicado el pasado mes de enero y el Rey tenía previsto viajar en febrero a firmarlo, pero no pudo hacerlo debido a la falta de un nuevo Gobierno. Ayer tuvo que aplazarlo de nuevo a última hora tras el fallecimiento del hermano del rey Salman.

Desde Podemos se ha vuelto a criticar este viaje del Rey a Arabia Saudí y la firma de un contrato para construir barcos de guerra. Sin embargo, tanto el alcalde de Cádiz, José María González Kichi como el de Ferrol, Jorge Suárez, ambos de la órbita de Podemos, han tenido que hacer como el Rey: apoyar este contrato multimillonario independientemente de su opinión personal sobre Arabia Saudí.

Hasta el momento, las relaciones de EEUU con España y Andalucía han sido muy buenas, como puso de manifiesto el presidente Obama en su visita a la base naval de Rota el pasado mes de julio. Su embajador en España y amigo personal, James Costos, ex ejecutivo de la cadena HBO, hasta le había recomendado que su hija Malia pasara unos meses de su gap year en Sevilla. Ahora, la elección de Donald Trump ha descolocado a los gobiernos de medio mundo y ha sorprendido incluso en las bases andaluzas de Morón y Rota.

Pero más allá de ese shock inicial no parece que vaya a cambiar casi nada en las relaciones de EEUU con Andalucía, una región cuyos hoteles acogieron el pasado año casi un millón de pernoctaciones de turistas norteamericanos, recuperando así cifras previas a los atentados de 2001. En cuanto a las relaciones comerciales, Andalucía exportó el pasado año a EEUU productos por valor de 1.209 millones de euros, especialmente aceite. EEUU es el sexto mercado mundial y primero fuera de la UE de las exportaciones andaluzas, con el 4,8% del total. Actualmente exportan a aquel país 2.620 empresas andaluzas, aunque son 517 las que lo hacen de forma regular y con el 91% de esas ventas. Suerte en la era Trump.

Esta semana se puso la primera piedra de la nueva fábrica de la cervecera Victoria, que volverá a producirse en Málaga 20 años después de su cierre. La multinacional Damm invertirá unos 10 millones de euros por recuperar una cerveza que durante años fue orgullo de los malagueños y cuya calidad alcanzó fama nacional. La nueva factoría, cuya inauguración está prevista para la próxima primavera, será visitable y dará empleo inicialmente a unas 40 personas. Brindamos por ello.