Las amenazas ecológicas para el parque natural

El Gobierno admite el mal estado de las aguas subterráneas en Doñana

  • Un informe de la CHG apunta que tres de las cinco masas no se encuentran en buena situación

  • WWF pide el cierre de más de 3.000 hectáreas de cultivo y los pozos ilegales

Uno de los pozos ilegales denunciado por la organización ecologista WWF.

Uno de los pozos ilegales denunciado por la organización ecologista WWF. / archivo

Si se mantiene el actual grado y modo de explotación de los recursos, el buen estado del acuífero de Doñana, así como el de los ecosistemas terrestres que dependen del mismo, se verán comprometidos. Con esta claridad concluye el Informe de estado de los acuíferos del entorno de Doñana relativo al año hidrológico 2015-2016, que precisa que tres de las cinco masas de agua subterránea que forman el sistema "no alcanzan el buen estado cuantitativo".

La Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG) -dependiente del Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente- recuerda en el documento que la aplicación del Plan Hidrológico de la Demarcación del Guadalquivir puede revertir esta situación, ya que incluye actuaciones para lograrlo. El informe señala que el estado general del denominado acuífero 27 es de una situación de prealerta, según los niveles recogidos por una red de 160 piezómetros repartidos por el espacio natural. El índice que sirve para analizar el estado de la masa hídrica presenta números "claramente inferiores" a los obtenidos al aplicar el mismo indicador a la precipitación del año 2014-15 para la misma serie temporal de 23 años. De este modo, la situación piezométrica de la masa de agua subterránea es "peor que a la que correspondería a un año pluviométricamente normal como fue el 2015-16", según la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir.

Esta situación dista mucho de ser homogénea en el conjunto de los acuíferos y, a diferencia de otros años, la distribución espacial no es fácil de justificar en base a las extracciones conocidas. Así, diferencia entre dos estadios. Por un lado, hay sectores con un estado piezométrico acorde o algo inferior en base a las lluvias caídas en el año hidrológico 2015-2016, que se encuentran en estado de "prealerta".

Dentro de este estadio figuran, por un lado, los sectores Lagunas de Doñana y Vera-Retuerta, con un bajo grado de explotación, y por otro, la zona confinada del acuífero de Villamanrique, que soporta importantes extracciones, al igual que el Arroyo de la Rocina y el sector Sur del Arroyo de la Rocina. Este último experimenta "la mayor mejoría de todos los sectores", probablemente relacionado con la retirada de la explotación de más de seis hectómetros cúbicos de derechos correspondientes a la finca de Los Mimbrales.

En segundo lugar figuran los sectores que tienen un estado piezométrico peor que el que puede esperarse de la pluviometría del año hidrológico. En este apartado se incluyen Marismas, Abalario, la Zona Costera, la Cabecera Sur de la Rocina, la Cabecera Norte de la Rocina, el Norte del Arroyo de la Rocina, la Zona Norte, el Ecotono Norte, el Norte del Rocío, el Sector Intermedio, el Sector Norte y el Sur de Villamanrique-acuífero libre. Todos ellos tienen un valor medio que se traduce en estado de "alarma".

Estas áreas comprenden tanto a sectores con grandes extracciones para el regadío, "en ocasiones elevadas en relación con los recursos disponibles", lo que provoca un "desequilibrio" entre ambos, como a otros en los que la extracción es escasa y muy inferior a los recursos, como los sectores del Abalario y la Zona Costera, y en los que estos valores parecen corresponder a una situación coyuntural que, sin embargo, "debe ser objeto de estrecho seguimiento".

En resumen, de los 16 sectores del acuífero sobre el que se asienta Doñana ninguno está fuera de riesgo. Cinco se hallan en estado de prealerta, seis en alerta y otros cinco en alarma. Asimismo, 14 de estos 16 sectores del acuífero muestran una situación peor a la que le correspondería según la lluvia caída en el último año.

Para revertir la situación, el Plan Hidrológico del Guadalquivir contempla medidas como disminuir la presión sobre las aguas subterráneas mediante la adquisición de derechos existentes [finca Los Mimbrales] en el Sector Sur del Arroyo de La Rocina y un trasvase de 4,99 hectómetros cúbicos en la parte de la cabecera del Arroyo de La Rocina que linda con la Demarcación de Tinto, Odiel y Piedras. Ambas medidas ya están ejecutadas, pero a ellas se sumará un nuevo trasvase de hasta 15 hectómetros cúbicos procedentes de la Demarcación de Tinto, Odiel y Piedras.

Asimismo, se insta a incrementar la guardería fluvial, con técnicas de telecontrol y teledetección para que los aprovechamientos se ajusten a los títulos y derechos de uso del agua, y revisar y cotejar los derechos de uso del agua en masas de agua subterránea con los aprovechamientos existentes. Recomienda también realizar una importante inversión en investigación hidrogeológica y mejorar la cobertura de la red de seguimiento en las zonas peor representadas.

Para WWF, este informe confirma que las administraciones "no están actuando lo suficiente para frenar el imparable deterioro del acuífero que da vida a Doñana", e insiste en que "es urgente detener el continuo crecimiento de la agricultura de regadío en la zona, y clausurar las más de 3.000 hectáreas de cultivos y más de 1.000 pozos ilegales que siguen secando el futuro del humedal más importante de Europa".

La organización, que quiere que la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir declare "en riesgo" el acuífero, critica que España no haya publicado el informe hasta un día después de la reunión de la Unesco en la que se discutía sobre la conservación de Doñana. Para WWF, esto es "un hecho grave y una clara muestra de falta de transparencia con la sociedad y con Unesco".

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