Sevilla

Ortega Cano atribuye a un despiste la caída de una mujer en su finca

  • El torero dice que la visitante sufrió una "abstracción" al ver la sala dedicada a Rocío Jurado

El Juzgado de Primera Instancia número 20 de Sevilla celebró ayer el juicio por la caída sufrida por una mujer de 75 años residente en Cádiz en la finca La Yerbabuena, propiedad de José Ortega Cano. La denunciante, Mariana T. J., demandó al torero y le reclama una indemnización de 20.000 euros por este accidente, que se produjo el día 17 de febrero de 2011, cuando la mujer visitaba el salón museo de la finca dedicado a Rocío Jurado.

La mujer perdió el equilibrio en una caída accidental en los dos escalones que conectan los dos niveles de dicho salón. Como consecuencia de las lesiones sufridas en un ojo, un hombro y costillas, la parte demandante solicita una indemnización de 20.000 euros alegando que el desnivel no estaba señalizado y tal extremo sería necesario al tratarse de un lugar habilitado para las visitas públicas

Durante la vista oral, José Ortega Cano explicó que él no estaba presente el día en el que aconteció el siniestro, pero fue "informado" de que "una señora había resbalado y había caído" en el salón museo dedicado a Rocío Jurado. Sobre los escalones que salvan la diferencia de niveles del salón, Ortega Cano defendió que están señalizados "con una cinta" y "el bordillo está marcado". El accidente, según manifestó, pudo suceder por una "abstracción" de la mujer, pues los visitantes del salón museo "se quedan un poco impresionados" con los contenidos.

Gloria Mohedano, hermana de Rocío Jurado, testificó en el juicio al tratarse de la persona que se encargaba de las visitas al salón museo. Durante su comparecencia, dijo que los escalones en cuestión no cuentan con una barandilla, pero "están rematados de madera y cumplen todo lo reglamentario". "La señora manifestaba que iba distraída mirando los recuerdos y no vio los escalones", defendió Gloria Mohedano, quien atribuyó el accidente a una "distracción de la demandante".

Después declararon dos mujeres que participaban también en la visita. La primera de ellas explicó que en el desnivel del salón "no había nada señalizado" y que Gloria Mohedano reaccionó ante el accidente con la determinación de "poner remedio ya" a este tipo de situaciones. "Yo no la vi. Estaba de espaldas, pero sentí el golpe", dijo esta testigo sobre el momento en el que cayó la demandante. La segunda testigo, prima de la demandante, manifestó también que los escalones carecían de señalización.

Finalmente compareció el perito al que la compañía aseguradora Generali, no incluida en la demanda de Mariana T. J., encargó un informe sobre el estado del salón museo. El perito dijo que los escalones "están en buen estado, no tienen obstáculos y cuentan con remates de madera que facilitan su percepción" visual. El caso quedó ayer visto para sentencia.

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