San Fernando

Las trabajadoras de ayuda a domicilio retoman sus protestas

Trabajadoras de ayuda a domicilio durante su vigilia de protesta, en una imagen de archivo.

Trabajadoras de ayuda a domicilio durante su vigilia de protesta, en una imagen de archivo. / D.C. (San Fernando)

"Esto es inminente, esto ya está, no paramos de escucharlo, y la plantilla está cansada". La presidenta del comité de empresa del servicio de ayuda a domicilio de San Fernando, Mariola Quesada, anuncia que las trabajadoras vuelven hoy viernes a la calle para protestar por que siga sin culminarse el proceso de municipalización. Será en una concentración a las 20:00 horas en la Plaza del Rey, a la que animan a sumarse a la ciudadanía.

"Se nos dijo en abril, y no fue. Dejamos que pasara el mes completo y ya estamos a mediados de mayo. La plantilla está indignada y quiere que se la escuche. Hemos cumplido con las cosas que nos han ido pidiendo, pero no están cumpliendo con nosotras", expone la representante sindical del colectivo. Se refiere a que han aguardado un plazo razonable a la espera de que se terminaran los pasos administrativos, a que les pidieron que no atosigaran con quejas y protestas. "No hemos molestado por registro municipal por donde pedíamos información, poniendo denuncias", pone de ejemplo.

El tiempo ha trascurrido "y la precariedad para nosotras sigue", se queja. Tienen que pelear todo, hasta un día de asuntos propios. Hay compañeras, cuenta, que han estado trabajando sin estar de alta, "y aunque nos dicen ya se ha solventado no sabemos realmente qué se ha hecho porque también está ahí el miedo de la compañera que es eventual". A eso se suma que no se les aplica el convenio andaluz, con mejoras frente al octavo convenio al que se acoge la empresa. "Después vimos que los nuevos contratos sí aplican el andaluz y no nos responden a las demandas que mandamos por correo", se queja. 

Aunque el comité mantuvo una reunión con el gobierno isleño en el que se les aseguró que la culminación del procedimiento sería "inminente", "¿nos lo tenemos que creer?", cuestiona Mariola Quesada. Les hablaron en principio de un plazo de seis meses, luego un año, en agosto harán dos años de que anunciaran de la recuperación municipal del servicio. "Hasta aquí hemos llegado", advierte sobre la "indignación" que tiene la plantilla. La concentración puede ayudar a dar ese último empujón.

El colectivo contará con el apoyo de los trabajadores de las instalaciones deportivas y de las limpiadoras, dos servicios que pueden sumarse en el futuro a la cartera de gestión de la empresa municipal (Esisa en proceso de transformarse en Hemsa). Si ayuda a domicilio se sigue demorando, "ellos tardarán más". La concentración será en la Plaza del Rey, a las 20:00 horas, "porque es la hora a la que más personas podían acudir, en la que las trabajadoras pueden estar, aunque alguna seguirá teniendo que terminar, trabajamos hasta las diez de la noche". Desde el comité se ha pedido al gobierno municipal que acuda alguien para hablar con la plantilla y para que escuchen y vean la indignación de las trabajadores en primera persona.

Las demandas del colectivo

"No pedimos subidas salariales, las mejoras que defendemos se centran en la semana laboral de 35 horas que es lo que permitiría mejorar nuestra calidad de vida", recuerda la presidenta del comité. El esfuerzo físico que les supone las tareas encomendadas conllevan muchas lesiones musculoesqueléticas. "Tenemos las espaldas destrozadas", describe. Incluso algunas trabajadoras "tuvieron que irse y pasar por Inspección de Trabajo porque se han tenido que operar.

A esas secuelas físicas, se suma la carga psicológica. por atender a personas que nunca mejoran, a las que ven cada día como se va apagando, "y es duro". "Muy bonito, pero duro", abunda. "Paseamos con la muerte. Puedes haber estado con el usuario y esa misma tarde te llaman y te dicen que ha fallecido", explica.

Laboralmente implica, además, mucha inestabilidad, "es difícil tener la jornada completa". "Puedes estar a 38, a 37, a 25, a 10 horas. Porque cuando fallece un usuario, no se da de alta a uno nuevo de inmediato, es un proceso que va muy lento (pasa por la Junta y luego por Servicios Sociales). "Así, tienes 37 horas y pasas en apenas unos minutos a 15 horas porque un usuario se ha ido a un residencia y otra ha fallecido", apunta. "Eso repercute en la nómina, cuando trabajamos para comer", añade. Por eso, espera que a esto se dé solución cuando lo gestione la empresa municipal.

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