"La carga de trabajo de Navantia nunca ha estado más garantizada en la historia de los astilleros". La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, tranquiliza a la plantilla de San Fernando, que hace unos días advertía de la subactividad que afecta actualmente a buena parte de la plantilla. La construcción del patrullero de altura para Marruecos no da trabajo suficiente para el personal de producción.

La también vicepresidenta primera no ha adelantado la fecha de inicio de las tareas de taller sobre el proyecto que está más avanzado en principio, la construcción de dos buques hidrográficos para la Armada española, y ha remitido a la empresa para detalles sobre los plazos. Igualmente ha declinado ofrecer nueva información sobre las previsiones de nuevos contratos, caso de los buques multimisión para Arabia Saudí para los que ambas partes firmaron un memorando o la posibilidad de construir para Angola. 

"De los proyectos que están pendientes de adjudicación siempre somos cautos. No es prudente trasladar información si no están cerrados", ha apuntado. Con todo reconoció que "van bien" y que hay satisfacción con el trabajo desarrollado por los comerciales de la compañía, "también del presidente del Gobierno y de los ministros, fundamentalmente de Exteriores y Defensa porque son embajadores de nuestra industria naval".

De hecho, María Jesús Montero ha aplaudido la vinculación con la Armada española de los astilleros de Navantia y aprovechó para defender la inversión en defensa "que trae consigo el impulso a la convivencia y la paz en el conjunto del mundo". La carga de trabajo procedente de los encargos de defensa –tanto nacionales como de las marinas extranjeras– suponen una “garantía” para una parte de la industria española, "muy especializada". "Permite carga de trabajo y por tanto mano de obra de muchas personas. No solo de Navantia, también de la industria auxiliar", ha argumentado. En ese sentido aportó datos para aplaudir la capacidad tractora de la compañía: de cada puesto en Navantia hay otros cuatro o cinco de la industria auxiliar.

Carga de trabajo para 10 años

A pesar de no dar información sobre esos posibles contratos que siguen pendientes, la representante del Gobierno central ha reivindicado el trabajo desarrollado para garantizar la carga de trabajo, la apuesta por "reflotar una industria de la que cuando llegamos al Gobierno había dudas sobre su viabilidad, incluso por parte de la plantilla".

"Para la próxima década estamos en una capacidad de trabajo óptima para quienes están ahora y quienes se vayan incorporando en función de los contratos que se vayan adjudicando", ha comentado. "Tenemos la carga de trabajo más garantizada que nunca tuvo los astilleros a lo largo de toda su historia", ha abundado.

Para seguir en esos niveles, matizaba, la empresa debe mantenerse en la vanguardia del conocimiento, del talento y de la capacidad de aplicación de estos que ofrece en sus productos, de saber aprovechar la oportunidad que da la revolución tecnológica actual.

Inversión estrella del Gobierno en la antigua Bazán

Frente a la falta de plazos sobre la carga de trabajo, Montero ha ofrecido novedades sobre una de la inversiones estrella del Gobierno en la antigua Bazán, el taller de unidades planas abiertas, comenzará a funcionar el 31 de mayo. Se trata de una apuesta de modernización de las instalaciones, de la que ya trató en su visita hace un año la ministra, para la que se habían destinado 41,2 millones de euros. La cifra que entonces dio de 62,3 millones de euros también se refería al Centro de Excelencia de Sistemas Navales, del que ha adelantado que podría estar en marcha en 7 u 8 meses. Con él se reforzará la formación que la empresa ofrece a las dotaciones futuras de los buques que construye.

"Aportan un elemento añadido de modernidad, competitividad y eficiencia en los astilleros que nos hacen muy fuertes a la hora de poder concursar en las grandes ofertas internacionales, donde Navantia está desarrollando una parte fundamental de su labor, para construir gran parte de los proyectos de las armadas que en el conjunto del mundo está rediseñando su flota o modernizando sus buques", ha expuesto Montero.

Según los datos que se han analizado en la reunión de seguimiento de las inversiones que la ministra mantuvo con el presidente de Navantia, Ricardo Domínguez, y la presidenta de la SEPI (Sociedad Estatal de Participaciones Industriales), Belén Gualda, la capacidad exportadora de Navantia, que alcanza más del 50% de la actividad, tiene "una importancia fundamental a la hora de dar sostenibilidad a los astilleros" y de convertirse "en la verdadera carta de presentación de España". Con los buques que construye la compañía, que mezcla "calidad tecnológica, ingeniería y materiales", se tiene un ejemplo de "lo que es capaz España de trasladar al mundo en tecnología naval".

Nuevas vocaciones, aspiraciones profesionales

Para seguir adelante con esta actividad, para cubrir las previsiones de trabajo que tiene la compañía, ha advertido Montero, es necesario reforzar las vocaciones vinculadas a las profesiones que se incluyen en las ofertas de trabajo de la empresa, titulaciones de ingeniería, matemáticas e informática, "que cada vez forman más parte de la plantilla de Navantia y la industria auxiliar". "Animamos a los jóvenes, sobre todo a las mujeres jóvenes gaditanas por la brecha que existe en estas profesiones, a que estudien" estas carreras, ha mencionado en ese sentido la ministra.

Cuestionada sobre las advertencias del comité de empresa sobre que Navantia esté perdiendo atractivo para los profesionales porque otras empresas ofrezcan mejores condiciones, la responsable de la cartera de Hacienda ha admitido la competitividad en el sector tecnológico, con "rotación de trabajadores que van buscando las mejores ventajas posibles". Pero, "Navantia da una estabilidad a los puestos de trabajo que implica que no solo en los momentos de punta de actividad estos trabajadores tengan garantizado su futuro sino también en aquellos en los que los encargos no han sido tan importantes, como con gobiernos anteriores", ha añadido.

Navantia como empresa pública debe combinar, entiende, el ser capaz de ofertar condiciones excelentes en los contratos internacionales con las aspiraciones y las expectativas de subidas salariales de los profesionales en el marco de un debate nacional de cómo generar y atraer talento, incluso retornar aquel que se marchó fuera. "Trabajaremos con discreción para conjugar todo ello en el convenio que se está negociando", ha finalizado.