-doctor González, ¿desde cuándo ejerce la medicina reproductiva?

-Pues comencé en el año ochenta y cinco cuando las técnicas eran verdaderamente primitivas y donde conseguir un embarazo resolviendo el problema de infertilidad representaba una verdadera aventura, un reto donde cada caso estaba rodeado de un nivel de incertidumbre que lamentablemente, en la mayor parte de los casos, terminaba en fracaso. Pero esto nos permitió aprender, investigar e ir protocolizando los casos aplicando los descubrimientos que se iban sucediendo año a año.

-Eso le habrá permitido vivir en primera persona los principales avances en este campo de la medicina ¿no es así?; en este sentido ¿cuáles son, desde su punto de vista, los mayores hitos conseguidos en los últimos años?

-Efectivamente he tenido el privilegio no sólo de conocer sino de trasladar a nuestro centro las innovaciones que han convertido la medicina reproductiva en un campo donde se aplican técnicas punteras y estables que nos permiten ofrecer un servicio de altísima calidad.

Han sido muchos, pero si tuviese que priorizar, para mí hay dos hitos que cada vez que suceden en nuestro laboratorio, por muchas veces que esto ocurra, siguen generando emoción en nuestro equipo. Por un lado, ser capaces de unir una célula reproductiva femenina y otra masculina y generar, In-Vitro, la primera célula con potencial para crecer, dividirse y convertirse en un ser humano. Por otro lado, otro gran avance ha sido conseguir criopreservar, congelar, para entendernos, células y descongelarlas contemplando que mantiene todas sus propiedades y funcionamiento celular. Esto, unido a ser capaces de mantener esta célula en condiciones óptimas durante años, representa un avance científico de gran dimensión.

Muchas gracias Dr. González, esperamos seguir contando con usted para que nos desvele más maravillas de la medicina reproductiva en próximos artículos.