- Balona

Una tarde para olvidar (2-2)

  • El líder ofrece malas sensaciones en un pésimo partido y no pasa del empate en el duelo provincial. El equipo amarillo certifica la clasificación matemática para la fase de ascenso.

El duelo provincial entre Cádiz y  Balona se resolvió con un justo empate en un partido horrible caracterizado por la intensidad y la falta de acierto. El líder no demostró su condición y sólo su pegada le libró de la derrota en una tarde para olvidar frente a un buen rival que mostró hechuras como para meterse en el play-off. El equipo amarillo naufragó de principio a fin salvo unos minutos de respiro en el ecuador de la primera parte en los que hizo sus dos tantos. El anfitrión, incapaz de elaborar juego en ninguna zona del campo, se vio asfixiado por la presión de la escuadra campogibraltareña, como si no supiese que los linenses siempre se emplean de la misma manera.

Si se trata sólo de un mal encuentro, no hay motivo para la preocupación. Otra cuestión es si se dan síntomas de una tendencia negativa después de que no pudiera ganar una semana atrás en el campo de El Palo o tras el todavía cercano varapalo en casa frente al Sevilla Atlético. No dio una a derechas el Cádiz, sobre todo en el centro del campo. Al  menos sí tiene la cualidad de que hasta en su peor partido es capaz de llegar a puerta. De hecho, pudo haber ganado de haber aprovechado Migue García una clarísima oportunidad en la segunda mitad que hubiese supuesto el 3-1. El cuadro entrenado por Claudio Barragán duerme con  nueve puntos de ventaja sobre el UCAM a la espera de que los murcianos disputen hoy su compromiso. El empate sirve para certificar de manera matemática el trámite de la clasificación para la fase de ascenso a falta de cinco jornadas. Falta por dilucidar si lo hará como campeón o como segundo.

La Balona empezaba más entonado y disfrutaba de la primera ocasión a los 2 minutos con un disparo de José Ramón al lateral de la red. Los locales no conseguían entrar en juego. No había conexión ni en la medular ni en ataque y caían atrapados en la telaraña tejida con precisión por un conjunto linense que destacaba por el orden. Mientras los amarillos corrían como pollos sin cabeza, los albinegros se movían como Pedro por su casa con poca resistencia de su oponente. Canario y Juampe causaban estragos en tres cuartos y el tarifeño, en el 9, disparaba por encima del larguero desde la frontal del área en el segundo aviso de los visitantes. No iban a perdonar los de Rafael Escobar en la tercera llegada, la primera en dirección a puerta justo al cuarto de hora. Canario servía un magistral pase a José Ramón, que le ganaba la espalda a Andrés Sánchez y completamente solo batía Aulestia.

Los balonos encontraban justa recompensa y obligaban al líder a despertar si no las quería pasar canutas. Sin hacer nada del otro jueves, el Cádiz se ponía manos a la obra en busca del empate. Volcaba las acciones de ataque en la derecha, donde hallaba una vía de agua en la zaga linense y no sólo lograba el equilibrio en el marcador, sino que daba la vuelta a la tortilla con dos arreones en un par de minutos. No tardaba en llegar la igualada. En el 24, Migue García, ubicado en ese costado hasta bien entrado el primer acto, centraba al corazón del área, Jona saltaba más que nadie y cabeceaba para que Mantecón, inesperado invitado en boca de gol, tocara también con la testa y marcara ante la pasividad de la defensa y el portero. El madrileño firmaba su primer tanto oficial con el Cádiz en el momento más oportuno, el que además de elevar las tablas parecía servir de punto de inflexión. Cuando todavía no habían transcurrido dos minutos del empate, sin tiempo para asimilar el primero, el Cádiz hacía el segundo, esta vez obra de Airam Cabrera. En el 26, el canario recibía en la frontal área tras una jugada de nuevo por la derecha y su suave tiro raso se colaba por el centro ante un sorprendido Lolo Soler, quizás despistado por un ligero rebote de la pelota en un compañero.

El líder se veía por delante en un abrir y cerrar de ojos con una pegada descomunal frente a una zaga poco efectiva de la Balona, que movía piezas en un intento de reacción. El ex cadista Fall pasaba de la media a la posición de central y Polaco se ubicaba como centrocampista ofensivo que ayudaba en la presión arriba.

Los amarillos disfrutaban de alguna ocasión más para ampliar la ventaja en sus instantes más felices de partido. Primero, con cabezazo de Jona (minuto 30) que rozaba el poste tras centro de Migue García de nuevo desde la derecha. Segundo, con un remate a bocajarro en el 42 de Migue García -colocado ya en la izquierda, mientras que Kike Márquez se colocaba en la derecha- que Lolo Soler despejaba a córner. Desde ese saque de esquina brotaba una espectacular volea de Kike Márquez que no se marchó demasiado lejos de la portería.

La Balona, aunque había extraviado el orden del comienzo, no renunciaba  al ataque y a punto estaba de empatar en el 37 con un cabezazo de Polaco desviado. La pegada le bastaba al Cádiz para irse al descanso con una ligera diferencia que dejaba todo pendiente.

El segundo acto resultaba un auténtico tostón sólo roto por la incertidumbre del resultado. Los balonos, obligados a buscar el empate, ponían más empeño y se lanzaban arriba liderados por un brillante José Ramón, que en el 49 ponía a prueba a Aulestia con un duro lanzamiento repelido por el portero. Un minuto después era Fall el que tenía la igualada, pero con todo a su favor dentro del área disparaba mal. De nuevo aparecía Aulestia (en el 55) para mandar a córner un intento de Juampe. La Balona avisaba de sus intenciones frente un Cádiz sin rumbo que de vez en cuando, casi por equivocación, le daba por aproximarse a la portería contraria. En el 63, Lolo Soler detenía un cabezazo de Jona justo antes de que Claudio se decidiera a mover el banquillo con la entrada de Fran Machado en lugar de Airam Cabrera. El granadino, al igual que el resto, poco aportaba.

Una de las virtudes del Cádiz es que, aunque juegue mal, posee sobrada capacidad para generar peligro en cualquier momento. Pese a no merecerlo, llegaba tener el partido en sus manos. Corría el minuto 71 cuando Migue García se quedaba solo delante de Lolo Soler, fuera de la portería. Sólo tenía que empujar la pelota, pero se recreaba tanto que cuando se decidía a rematar, a puerta vacía, Javi Gallardo aparecía en línea de gol para salvar a su equipo. Podía haber sido la acción decisiva del encuentro, que al final se trasaladaba al minuto 77, poco después de que Lolo Soler se hiciese con un misil de Óscar Rubio. En ese fatídico 77 iguala la contienda la Balona. Canario trazaba una diagonal en una perfecta acción personal plena de velocidd y calidad. Servía a Javi Gallardo, que devolvía el balón al atacante, quien ya dentro del área marcaba con la zurda. El empuje de la Balona devolvía las tablas al marcador con apenas un cuarto de hora por delante, ya con Hugo sobre el césped.

El Cádiz, que desde hacía tiempo no se enteraba de nada, intentaba despertar pero ya era tarde. Lo único, el gol anulado al final a Servando por rematar con la mano.

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