Cultura

La ciudad en MOVIMIENTO

  • Comienza el Festival Cádiz en Danza con una propuesta fruto de la colaboración entre Pablo Fornell y el Conservatorio

Luna y Lucía se lanzan a hacer algo de piernas. Llueve. Las chicas se despojan de sus chaquetas y abrigos. No han calentado pero, resueltas, aúpan sus largas extremidades inferiores como cortando el aire perforado por las gotas de agua. Su actual coreógrafo se posiciona en primera. Mira a cámara. El fotógrafo tira la instantánea. Otra más. El coreógrafo salta en pose genial. Esta vez son María, Marta, Ana, María José y Ana Paula las que se suben a la plataforma desafiando el equilibrio de sus cuerpos. Van camino de ser profesionales. Y Pablo Fornell, el coreógrafo y bailarín, tan amable como disciplinado profesor, tiene la difícil tarea de darles "el primer empujón", dice. Enseñarles a volar a través de una iniciativa conjunta entre el Conservatorio de Danza de Cádiz Maribel Gallardo y el propio artista que ha preparado a once jóvenes estudiantes para el espectáculo inaugural del IX Festival Cádiz en Danza.

El creador gaditano y siete de sus bailarinas nos atienden justo antes de su último ensayo que, esta vez, será en el mismo lugar donde hoy ponen en escena un trabajo que llevan preparando "unas seis semanas", relata Fornell . El Mercado Central, la plaza de Cádiz, es el insólito escenario elegido para celebrar el primer espectáculo de un festival que mantendrá a Cádiz en movimiento hasta el próximo día 24 de abril.

Sábado, doce y media de la mañana, en la plaza. ¿Arriesgado? "Sí, claro, pero quien no arriesga no gana", declara el director del montaje Let´s use the music and dance, que coloca a los inexpertos bailarines "frente a un público y en un ambiente" muy diferente al que pueden estar acostumbrados, advierte.

Y es que por ahí van los tiros de la colaboración entre el Conservatorio y Fornell. "Es un proyecto que desde el principio me pareció muy bonito pero también muy difícil", juzga. Se trata de acercar a estos jóvenes estudiantes a lo que es "realmente" el mundo de la danza profesional. "Colocarlos frente a un público amplio, más allá de los amigos y familiares que suelen llenar los teatros cuando actúan los estudiantes; obligarlos a trabajar con rapidez en la resolución de problemas y enseñarles a que hay que ganarse su sitio, que en una compañía tienes que competir con los compañeros y ganarte tu puesto", narra Pablo Fornell que actualmente dirige su propia compañía.

"Esto no es como el fútbol. La danza no le interesa a todo el mundo. Y tienen que acostumbrarse a eso. A que habrá gente que se pare para verlos y gente que no", sentencia el bailarín que es consciente de su "incómodo papel" en este proceso. "He trabajado muy bien con ellos pero también hemos tenido nuestros roces. Normal. Ellos son profesionales pero siempre han trabajado bajo el paraguas de un profesor. Yo los he enfrentado a otros retos. Quizás ellos crean que los he descuidado pero ha sido justo lo contrario, tenía que darles eso, un empujón, para que abandonen el nido y vuelen", se sincera.

Y eso hacen. Emular el vuelo. Bajo la lluvia. Cimbrando sus espaldas elásticas como juncos. Alzando piernas eternas en bellas parábolas. Faltan Lorena, Marta, Myriam, Tomás y Alicia. "Es complicado reunirlos a todos, como ha sido complicado buscar tiempo para los ensayos porque son de instituciones diferentes: del Conservatorio, de La Tournée y de Belén Fernández, en Jerez", detalla el director.

Hoy los veremos a todos. En seis piezas distintas. Repartidos por el Mercado. "Estarán diseminados por distintos corredores, por diferentes esquinas porque nuestro objetivo es que el público sienta que la plaza se mueve", cuenta el creador que opina que la danza no tiene porqué tener argumento que la sostenga. "La danza es una manifestación de la belleza, de la fealdad, de la tristeza, de la alegría... En fin, de un sentimiento, de algo. La danza es válida por sí misma".

Risas y poses para la fotografía. "¿Y si no se para nadie a vernos?", se preocupa una de las estudiantes. "Pues habrá que seguir bailando", calma Pablo. El cielo ya es acero puro. Aprieta la lluvia. "No habrá problemas mañana (por hoy), se puede bailar bien y la lluvia produce un efecto precioso en la coreografía". Pablo Fornell está curtido en mil batallas. El agua no le asusta.

Aunque no estaría demás que el cielo concediera nueva tregua a Cádiz este fin de semana. Varios son los espectáculos que hoy se celebran en la calle durante el festival Cádiz en Danza.

Así, ya en jornada vespertina, la compañía de funky de La Tournée se estrena en la plaza del Mentidero con la propuesta Exploship-Hop, creada y dirigida por Celia Delgado. Un montaje lleno de fuerza y energía donde se mezclan ritmos rotos de hip hop y funky. O, en Entre Catedrales, donde los griegos de Rootlessroot relatarán en lenguaje contemporáneo el último encuentro entre Héctor y Andrómaca. O, en la noche, en las paredes encarnadas del Falla, donde el grupo de Chantal Goudard se enfrentarán a una danza abruptamente vertical con Gota de cristal.

Ya, a cubierto, también se pondrán en escena los espectáculos de Teresa Navarrete y Miguel Marín, en el Baluarte de la Candelaria, y la pieza Invisible, de la compañía española brasileña Bebeto Cidra, en el foyer del Teatro Falla.

Cádiz se mueve, ¿lo nota?

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