La Unión Europea (UE) decidió ayer, en la última cumbre bajo presidencia española, endurecer las sanciones contra los socios con déficit excesivos e impulsar mayor transparencia sobre el estado de su sistema bancario, en un intento por blindar el bloque comunitario ante nuevas crisis.

Los jefes de Estado y Gobierno comunitarios también dieron un espaldarazo expreso a España y expresaron su plena confianza en la solidez de la economía del país, ante los rumores que apuntaban a que Madrid tendrá que solicitar la activación de un mecanismo de rescate de la UE y del Fondo Monetario Internacional (FMI).

"La economía española vive momentos difíciles pero los superará", aseguraba el presidente del Parlamento Europeo, Jerzy Buzek. "Es la primera vez que comenzamos una cumbre sin una crisis", afirmaba, por su parte, el presidente del Consejo Europeo, Herman van Rompuy. "España ha presentado un programa de consolidación fiscal muy sólido", comentaba, por su parte, el presidente del eurogrupo, Jean-Claude Juncker.

El miércoles fue la canciller alemana, Angela Merkel, quien brindó ese espaldarazo a España.

Así, España, y en concreto el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, recibieron una palmada en la espalda clara por parte de los líderes europeos para disipar los rumores lanzados en los últimos días por el Financial Times Deutschland y el Frankfurter Allgemeine Zeitung, que informaban sobre la presunta petición española de ayuda internacional.

La preocupación por la solidez del sector bancario español (en concreto sobre algunas cajas) fue el detonante de una noticia que provocó inquietud en Bruselas: la presunta activación de un plan para España por valor de 250.000 millones de euros. La información, calificada de rumor interesado en Madrid, fue negada en varias ocasiones también en Bruselas.

En ese sentido, el asunto de los test de esfuerzo al sector bancario, español y europeo en general, fue uno de los principales asuntos tratados por los líderes de la UE.

El objetivo que persigue Europa es hacer más "transparente y públicas" esas pruebas de resistencia a las entidades bancarias y evitar así ataques especulativos de mercados y de agencias internacionales de calificación, entre otros actores.

De esta manera, los objetivos fijados por la UE están en sintonía con la iniciativa española para el sector bancario anunciada por la vicepresidenta y ministra de Economía, Elena Salgado.

Salgado confirmó que las pruebas de solvencia a la banca se publicarán individualmente con el fin de que el mercado conozca la situación real de cada entidad y así contribuir a generar confianza.

Zapatero mostró su satisfacción por esa decisión: "nada mejor que la transparencia para demostrar la solvencia, dar confianza y dejar atrás tanto bulo sin fundamento".

En otro orden, los jefes de Estado y de Gobierno de los Veintisiete apoyaron endurecer las sanciones contra los países de la UE con déficit excesivos y ponerlas en marcha inclusive antes de que un socio supere el techo máximo del 3% de déficit que fija el Pacto de Estabilidad y Crecimiento (PEC).

Además, los 27 apoyaron que Bruselas examine los presupuestos nacionales antes de que sean aprobados por los parlamentos nacionales respectivos.